Desde sus orígenes, el Renault Clio ha estado asociado con el automovilismo. Está el Clio Williams, los primeros modelos Renault Sport, categorías dedicadas, el legendario Clio V6, en fin. Así que es natural mantener ese pedigrí en el rally y los circuitos, motivo por el cual los expertos de Renault cocinaron un nuevo Clio para competencias. Garantizado que será más fiable y rápido que los Alpine que defienden la casa francesa en F1.
Creaciones como esta nos hacen desear la llegada de un Clio RS hot hatch como lo recetó el médico. Bueno, ya Renault Sport no existe así que Clio Alpine. Una lástima que Renault reserve ese privilegio de un Clio divertido para el mundo del rally y pista, como lo demuestra esta creación.
El Clio divertido que merecemos en la calle
Cómo recordará, el Renault Clio V se renovó hace unos meses con una imagen fresca y moderna, motivo por el cual su contraparte de pista y rally necesitaba el mismo tratamiento estético.
La intención de este Clio es ser homologado para categorías como la Clio Cup, populares en Francia y el resto de Europa, al igual que divisiones inferiores de rally (Rally3 a Rally5). Bajo el capó desconocemos qué mueve este cohete de bolsillo, en parte porque Renault no nos quiso contar. Asumo que será el mismo motor 1,3 turbo del anterior Clio Cup, con inyección programable, sistema de inducción y escape de alto flujo, transmisión secuencial con diferencial ZF y todos esos juguetes dignos de un auto de carreras.
Detalles de los que no tenemos duda incluyen un enorme alerón en la parte trasera, al menos para el modelo de rally, una aerodinámica sencilla pero retocada, llantas slicks (A/T en el caso del Clio Rally), una toma de aire en el techo y pines para asegurar el capó. Jaula antivuelco y pantalla multifunción al igual que un arnés de seis puntos son requisitos infaltables para competencias.
Por cierto, note los logos de Alpine regados aquí y por allá. Me dan esperanza de un Clio divertido para calle; quizá uno con 200 hp y transmisión manual, o uno más descabellado con el motor tras los asientos. Idea extravagante pero se vale soñar, ¿no?