Existen algunos que no están muy de acuerdo con llamar al Mini actual como tal. Porque, seamos francos, aunque es un auto compacto, no es propiamente pequeño como el original. De ser un city car del segmento A, ágil y pequeño para la ciudad, pasamos a un hatchback más convencional y grande del segmento B. ¡Hasta el Mini viene en forma crossover grande! Pero hubo un intento de hacer un Mini realmente digno de la nomenclatura y su nombre era Rocketman.
No, no es la canción de Elton John ni su película biográfica, así ambas sean británicas. Lo que aquí ve fue más que un concepto olvidado o un molde para demostrar tecnologías futuras. Si lee entre líneas, el Mini Rocketman concept fue un genuino intento de hacer un Mini más pequeño que el Mini actual (o Maxi como le dicen algunos), que se quedó simplemente en eso, una idea. Y hoy para terminar este 2024, decidimos recordarlo.
Una respuesta a las críticas
Regresamos a 2011, esa época donde el Salón de Ginebra aún era el evento principal de la industria. Se cumplía una década del relanzamiento de Mini bajo el Grupo BMW, quienes lograron capturar la esencia retro del Mini, pero en un paquete XL.
Luego de años de sentir las críticas de “el Mini Cooper no es un Mini verdadero”, muy a pesar de las ventas, BMW reaccionó con esto. Lo llamaron Rocketman y su intención era mostrar nuevas formas de construcción para los Minis del futuro, al igual que ideas para crear una cabina compacta que aprovechase al máximo el espacio, con copiosas cantidades de tecnología espolvoreadas encima.
Para referencia, el Rocketman medía 3,4 metros de largo, 20 cm menos que el primer Cooper bajo la dirección de BMW y 30 cm menos que el Mini Cooper de segunda generación. Sí, era más grande que el Austin Mini original (3 m), pero la idea era realizar un city car verdadero. 3,4 m estaba apenas por encima de las dimensiones de un kei car japonés, a modo de comparación.
Un city car chic, como el original
Como exhibición de tecnología, el Rocketman tenía de todo. Puertas que abrían de forma lateral, cual cápsula espacial. Un techo 100% de vidrio y una configuración de cabina 3+1. Sólo tres asientos eran permanentes, aunque una butaca adicional permitía llevar 4 personas, aunque todas las sillas podían plegarse.
Su chasis monocasco estaba compuesto de fibra de carbono más ligera y el diseño era instantáneamente reconocible, similar al Mini moderno. No faltaban detalles como una rueda táctil en el volante para controlar el infoentretenimiento, completo con acceso a internet. Y la compuerta trasera se abría de dos maneras, una de ellas deslizable cual cajón, para mayor facilidad de acceso.
Mini nunca reveló qué motivaba al Rocketman. Sólo se limitaron a decir que su plataforma se adaptaba a diferentes tipos de propulsión y que podía usar 3 litros de combustible cada 100 km. Posiblemente era un compacto motor de 3 cilindros con turbo, con algún tipo de hibridación.
Idea que no tuvo trascendencia
Hasta el lanzamiento del Rocketman sugería la idea de un Mini realmente pequeño, entrando al segmento A una vez más. Porque el concepto fue “sacado” de una caja estilo regalo, tipo unboxing. Sin embargo, el Rocketman se quedó en sólo eso, una idea curiosa nada más.
Llevado al mundo real, la forma y dimensiones del Rocketman eran ideales para un city car con el toque que hizo tan popular al Mini en primer lugar. Pudo ser un éxito en tamaño compacto que pudo capitalizar ese vacío que dejaban los Audi A1 y Mercedes-Benz Clase A, en una era en la que el Mini Cooper ya roza los 3,9 metros.
Incluso hoy en día un Rocketman eléctrico tenía el potencial de expandir el éxito de Mini. Pudo ser bastante adelantado a su tiempo, pudo capturar un mercado interesante que Mini olvidó, pero no fue. Al menos hoy podemos recordar al Rocketman como una curiosidad de una época en la que Mini parecía más dispuesta a correr riesgos, no sólo a la hora de agrandar el Mini como lo hacen ahora el Aceman y Countryman.
