Uno de los modelos más icónicos de Triumph llega a al final de su vida en producción; hablamos de la Thruxton, que se presenta con una versión final o Final Edition para despedirse con estilo. Esta moto tenía como sobrenombre «la café racer definitiva» porque seguía al pie de la letra esa filosofía. Solo basta con mirarla para entender por qué tenía ese apodo bien ganado. Su partida se da después de 60 años de historia forjada en las carreras, cumpliendo los objetivos de la marca de Hinckley de brillar en las pistas.
La Triumph Thruxton Final Edition es una despedida más que apropiada para esta veterana, ya que se monta sobre la versión RS, la más deportiva de su línea. Sin embargo, precisamente por eso no vamos a repasar su ficha técnica, ya que no trae novedades en su mecánica. Vale la pena destacar que viene pintada en un muy bello Competition Green con detalles dorados hechos a mano. También es preciso mencionar que solo se harán pocas unidades y vendrán numeradas, así que ya es de colección. Aquí lo importante es su palmarés y lo vamos a repasar brevemente.
Nacida para correr
Algo que va a notar es que a Triumph le gusta nombrar a sus motos según los lugares que logra dominar. El ancestro de la Thruxton es nada menos que la mismísima Bonneville T120, esa moto que dominó las salinas en busca de imponer récords de velocidad. En este caso, los de Hinckley buscaban dominar otro tipo de carrera, la Thruxton 500. Se trataba de una competencia de resistencia que se disputaba en el circuito homónimo y que consistía en recorrer 500 millas. La carrera podía durar hasta 9 horas y era necesario que 2 pilotos se turnaran para montar. Para lograrlo, tomaron a la Bonneville y la llevaron a su mínima expresión, haciéndola más ligera y ágil.
Fiel a su estilo, Triumph dominó la carrera en 1969 ocupando los 3 primeros puestos, pero no se detuvieron ahí. Luego fueron a disputar la peligrosa competencia Isle de Man TT y para celebrar otra victoria crearon una máquina especial, la Triumph Thruxton. Esta moto nació de las carreras para brillar en las calles y estrenó el estilo café racer desde antes que siquiera estuviera a la moda. La receta era simple: menos peso, mejor aerodinámica y más sencillez, lo que le permitió recorrer el Mountain Course a más de 160 km/h siendo la única moto en producción en lograrlo.
Imponiendo tendencias
A partir de ahí, la Triumph Thruxton tuvo una vida intermitente, entrando y saliendo de producción hasta el 2004, cuando volvió para recordarle al mundo sus capacidades. La edición definitiva llegó apenas en el 2019, con la versión RS, la más extrema hasta la fecha. Aquí hablamos de un motor de 1200 cc, 103 HP, 112 Nm de torque, suspensión firmada por Showa y Öhlins. Es sobre esta versión que está construida la Triumph Thruxton Final Edition, la más potente y deportiva en su historia. Teniendo en cuenta su pasado, esta es la despedida adecuada a una moto que nació en las carreras. Seguramente volverá en el futuro cuando el público la extrañe, pero eso solo el tiempo lo decidirá.