Imagine por un segundo que BMW reviviera al icónico “Clown shoe Z3”, con aquel Z4 shooting brake, ¿cómo respondería Mercedes-Benz? Brabus nos ofrece un camino posible con esto, un Mercedes-AMG GT transformado en un shooting brake agresivo, siniestro y con poder V8. A falta de un SLK o un CLK AMG, bueno sería este concepto.
Solo que no es un concepto, es un proyecto de Brabus para modificar por completo al Mercedes-AMG GT 63 híbrido y transformarlo en un shooting brake con más de 900 caballos de potencia. Si buscaba un Jensen Interceptor, un Volvo P1800 o un Jaguar E-Type Coupé modernos, esto es lo más cercano.
Peculiar, pero elegante
De forma evidente, la modificación más clara al AMG GT está en el techo. La caída suave del techo desaparece, para dar lugar a una cabina alargada que se extiende hasta la línea final del baúl. Es un clásico shooting brake de dos puertas, con gran espacio en la cabina y un baúl generoso, un corte aerodinámico y una cola corta.
A la mezcla del Rocket GTS, como lo llama Brabus, se suman copiosas cantidades de fibra de carbono que componen un alerón cola de pato trasero, difusor, faldones, pasos de rueda ensanchados y tomas de aire frontales. Todo funcional y capaz de generar carga aerodinámica, más que los escapes con iluminación roja.
Las proporciones son algo extrañas, pero nada como un deportivo con una cabina shooting brake o station wagon como este. Además del baúl más amplio, la cabina está cargada de cuero, alcántara y fibra de carbono, ya sabe lo típico. Todo para balancear ese toque de elegancia y a la vez de agresividad.
Deportivo monstruoso
Hablando de eso último, Brabus eleva la potencia del Mercedes-AMG GT 63 S E híbrido a niveles insospechados, haciéndolo quizá el shooting brake más rápido del momento. Sólo su V8 biturbo de 4 litros salta de 585 a 785 caballos, con el sistema eléctrico sumando otros 201 equinos para una potencia total de 986 caballos, o 1.000 PS si quiere un número más redondo.
Los frenos, escape, suspensión y transmisión fueron mejorados también, esta última para resistir los 1.620 Nm de torque que producen ambos motores. De 0 a 100 km/h el Brabus Rocket GTS detendrá los cronómetros en 2,6 segundos y, si mantiene el pie a fondo, tocará el limitador de 320 km/h.
Un shooting brake salvaje y exclusivo que probablemente se produzca en unidades muy limitadas. En especial porque no todos los dueños de un AMG GT quieren algo así. Además, este tipo de proyectos es aquellos que tienen un precio tan exorbitante, que sólo quienes deseen pagarlo y demuestren su riqueza preguntarán por el valor.