Aquí tiene un modelo que quizá olvidó que existía, pero que de forma discreta hizo parte constante del portafolio del Corbatín por los últimos 25 años. Es el Chevrolet Malibu, un nombre con mucha historia que se despide y llegará a su final de producción este año. Al menos, en su forma actual de sedán de medio-gran tamaño para gustos norteamericanos.
¿Y qué mató al Malibu? El auto eléctrico, ya que GM quiere resarcir sus errores desde el viejo programa EV1, que nació por la misma época en la que Chevrolet revivió el nombre Malibu: 1997. La línea de producción del Malibu cambiará para dar paso a uno de los eléctricos más importantes del Corbatín y, si bien el Malibu silenciosamente permaneció constante por tanto tiempo, es hora de retirarse del escenario.
Se retira uno de los últimos grandes sedanes de EE.UU.
Serán 27 años de producción ininterrumpida, 20 de ellos en la línea de producción de Fairfax en Kansas, historia que se cerrará el próximo mes de noviembre cuando se ensamble el último Chevrolet Malibu. Nombre que, en sus orígenes era una versión popular y de entrada por debajo del Chevelle, luego derivando del Impala y Caprice.
En 1997 Chevrolet, como respuesta a los populares Honda Accord y Toyota Camry, resucitó el nombre Malibu. Sedán bastante mundano y sencillo que vivió siempre por debajo del Impala y luego el SS, que siempre ofreció motores pequeños y eficientes e incluso tiene el título de ser el último híbrido del Corbatín, al menos de forma reciente.
Un modelo SS y hatchback adornó su segunda generación. La cuarta, que debutó en 2019, tuvo el honor de ser el único sedán en el portafolio estadounidense del Corbatín, luego de la partida del Caprice, Impala, Cruze y Sonic. Modelo que estuvo equipado con una variedad de motores de cuatro cilindros, sea aspirados, turboalimentados o con hibridación.
Dando paso a la era eléctrica
Al final del día el Malibu cayó en un segmento olvidado, pero lucrativo: los autos de alquiler. No por nada existen 10 millones de Malibu en sus cuatro encarnaciones modernas. Ese fue un rol que el Malibu aceptó y cumplió de forma diligente por décadas, acumulando ventas para Chevrolet. Incluso con los crossovers creciendo como espuma, el Malibu se negó a desaparecer.
Bueno, al menos hasta ahora, porque la producción del Malibu llega a su fin para dar paso a la segunda generación del Chevrolet Bolt, que se ensamblará en esa planta de Kansas. Al menos esto es lo que reporta la casa motriz a Car&Driver, dejando incierto el futuro del Malibu en China. Lugar donde probablemente sobreviva, ya que allí sí gustan de los grandes sedanes americanos.
Al menos en lo que corresponde al resto del mundo, el Malibu será historia en unos meses. Y sí, Chevrolet tiene un concepto sedán que podría reemplazarlo en la era eléctrica, pero quizá la marca elija otro nombre. Al menos por ahora, hasta luego y buen viaje, Chevy Malibu.