En un mundo donde los botones táctiles y los menús digitales dominan los interiores de los automóviles, caen como un trago de agua en medio de un desierto las más recientes declaraciones del CEO de Skoda, que rechazó estas ideas. En conversación con The Independent, Klaus Zellmer, dejó claro que a pesar de la fiebre por lo digital, la gente sigue necesitando botones físicos.
«Esta es la ruta donde debemos ir. Necesitamos interruptores, necesitamos diales, necesitamos perillas. Necesitamos algo que se sienta y que no distraiga».
Desde el inicio de la revolución tecnológica, la tendencia se ha dirigido hacia la desaparición de los botones, con el argumento de modernidad y limpieza de diseño. Sin embargo, esta tendencia ha llegado a tal punto en que hasta el control del aire acondicionado del vehículo se convierte en una frustración peligrosa.
La batalla de los botones: ¿Simplicidad vs. sofisticación?

Para el dirigente de la marca checa, los botones físicos ofrecen una inmediatez y una seguridad que las pantallas táctiles aún no pueden igualar. Es una cuestión de practicidad, de poder sentir el control sin quitar la vista de la carretera.
Justamente para defender este argumento, sin abandonar el desarrollo tecnológico, Skoda desarrolló los «Smart Dials», unas perillas giratorias multifunción que combinan el diseño táctil y físico, permitiendo ajustar varias funciones con movimientos intuitivos.
Tan solo una de estas perillas puede ajustar configuraciones como el aire acondicionado, velocidad del ventilador, modos de manejo, zoom del mapa y el volumen de la música, todo en una.
¿Una «lección» para la industria?: Hay que escuchar al conductor

Esta postura de Škoda sirve como recordatorio de que muchas veces la innovación no está en añadir más tecnología, sino en hacer que la tecnología existente sea más accesible y segura para el usuario final.
El simple hecho de «reinventar» los botones físicos y fusionarlos con los táctiles (así como Škoda) representa el deber que tienen las marcas de escuchar a los conductores, si alguno de ellos ya rechazó sus «tiranías» táctiles, es probable que muchos más lo sigan haciendo.
Al final del día, lo importante es que el coche sea fácil de usar, seguro y que nunca obligue a hacer malabares en una pantalla táctil mientras se intenta mantener la mirada en carretera.