Como es típico del buen Bentley, después de un excelente cupé de ultra lujo, viene la versión descapotable. Aquí está el Bentley Mulliner Batur convertible. Una serie aún más exclusiva que el mismo Batur cupé, cuya única misión era mostrar la habilidad del carrocero Mulliner a la hora de imaginar un Bentley electrificado a futuro.
No lo confunda con el Bacalar, que en efecto es un convertible, pero es distinto al Bentley Mulliner Batur. Sé que apenas un puñado de mortales podrán acceder a semejante lujo, 16 para ser preciso, pero al menos nos queda el gusto de admirarlo. Eso y esperar que Bentley lo lance como un auto a escala para quizá, sólo quizá, buscarlo firmado por Hot Wheels y decir que tiene un Bentley por menos de 10 dólares.
Otro tributo más al motor W12
La mejor forma de describir al Bentley Batur convertible es una oda a cielo abierto al motor W12. Planta motora que, si bien aún no se retira del todo, tiene los días contados en la fábrica de Bentley. Proceso que tardará ya que Bentley insiste en armar cada uno de los Batur a mano, algo que tarda varios meses.
Cada Batur convertible será personalizado al gusto de sus clientes, 16 individuos seleccionados por Bentley para tener este privilegio. Desde los colores, materiales del interior, acabados e inscripciones, de forma apropiada para este descapotable el cielo es el límite.
Exclusividad con doce cilindros
La gran novedad es la ausencia de techo, reemplazado por uno de material suave que se repliega en 19 segundos. Acción que revela el airbridge, un doble carenado de burbuja tras los asientos que protegen a los ocupantes y desvían el aire, culminando en un sutil alerón cola de pato en la tapa del baúl. La idea es evocar a los clásicos roadsters y barchettas de los primeros años del automóvil, por cierto.
No pueden faltar los detalles en oro que adornan la cabina, sillas tipo cubo en forma ergonómica, acabados de primera y todo lo que ofrecía el Batur original. El centro de todo es el eterno W12 de Bentley, con 6 litros de desplazamiento, dos turbo y la capacidad de enviar 729 hp y 1.000 Nm de torque a las ruedas traseras. Frenos carbocerámicos, transmisión de doble embrague con 8 marchas y diferencial electrónico completan el paquete.
Bentley está convencida que este será “uno de los últimos W12”, abriendo la puerta a un puñado más de modelos. Aunque cabe la posibilidad que la casa británica dé un giro de 180° y preserve ese motor, al menos en ocasiones especiales. Quizá para entonces todos aquí logremos amasar nuestra fortuna y caer en las gracias de Bentley para adquirir uno de esos modelos especiales.