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Este sí fue el día de las noticias con sello inglés. Mientras en Silverstone celebran la llegada de un genio cuya cabeza brilla (literalmente), en Gaydon cumplen una promesa. Bentley dijo que el Flying Spur abriría un nuevo capítulo híbrido y aquí está, con unos gloriosos 771 caballos de potencia que emanan de su V8 para ser el sedán más potente en la historia de la marca.

A diferencia del Continental, los cambios del Flying Spur (más allá del motor) son más discretos. La gran novedad es la inclusión de ese V8 y sistema híbrido enchufable que promete un rango 100% eléctrico de unos 70 a 80 km, por si es un magnate ambientalista y quiere guardar las apariencias. Así todo el mundo sepa que casi todos los dueños de un Flying Spur no se preocupan por ello al tener un chofer que hace todo por ellos. Al menos ellos sí podrán apreciar ese V8.

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Adiós al W12, hola al V8

La primera gran novedad es que Bentley se deshace del W12 casi por completo, otorgándole al Flying Spur ese nuevo V8 híbrido. No importa que Rolls-Royce, Ferrari o sus vecinos de Aston Martin quieran salvar los doce cilindros, Bentley ya tomó esta decisión.

Aun así, el V8 en cuestión tiene sus méritos. Un sonido glorioso, dos turbo, asistencia eléctrica, 771 caballos de potencia y 1.000 Nm de torque combinados, un 0-100 km/h por debajo de los 3,5 segundos, en fin. Ante las entidades ambientales, es más eficiente y emite menos emisiones, figuras que le permiten a Bentley seguir derrochando lujo por montones.

Detalles no menores incluyen una transmisión automática de 8 velocidades, dirección en las cuatro ruedas, suspensión neumática, estabilización activa de chasis y torque vectorial. Necesarios para que el andar del Flying Spur se sienta como una pluma, mucho más suave que su antecesor. Y que se sienta como un deportivo 500 kg más liviano cuando se le exija.

Ligero aumento de sofisticación

La mayoría de cambios está bajo la piel, porque los retoques estéticos al Bentley Flying Spur V8 híbrido fueron diminutos. Los diseñadores de la marca conservaron su frente con dos faros (cual ojos), la silueta musculosa y alargada, en fin. Bentley nos dice que la parrilla y defensas son nuevas, aunque no lo parecen; mientras que las luces traseras fueron ligeramente retocadas y la secuencia de bienvenida también es nueva. Hasta los rines de 22” tienen nuevos diseños.

No que importe mucho, porque el lema del Flying Spur es la personalización y para tal fin, Bentley ofrece más de 100 colores. Su cabina, en la forma más sencilla, es casi idéntica también. Las pantallas tienen mejor definición, una de ellas se puede ocultar y un patrón tejido con motivo de diamantes recorre el tablero y superficies suaves. Aparentemente todas las plazas son ergonómicas y mejoran la postura de sus ocupantes con ligeros ajustes periódicos, cambios de temperatura y masajes.

En su especificación Speed, este V8 híbrido permite que el Bentley Flying Spur sea más rápido y potente que nunca. ADN que la marca espera imprimir pronto en el Bentayga, porque tal parece que la marca crecerá en torno a esta familia de V8 híbridos, con la electricidad asumiendo un segundo plano.

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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