Cada vez que un Ferrari 250 GTO es subastado el mundo automotriz se detiene ante la posibilidad de imponer un nuevo récord: el Cavallino más caro de la historia. Por eso es que este ejemplar en particular captó nuestra atención, ya que posiblemente podía hacer historia.
En efecto marcó un récord, pero solo apenas. Técnicamente rompió el anterior récord del Ferrari más caro de la historia, impuesto por otro 250 GTO hace 5 años. Aquel recaudó 48 millones de dólares, mientras que este con todos los gastos en consideración rozó los 52 millones. Lo que es extraño, ya que RM Sotheby’s anticipaba un precio que excediera los 60 millones de dólares, así que podría decirse que este ejemplar “fue un gangazo”.
Una rica historia en las pistas
En cuanto a 250 GTO se refiere este es bastante especial. Es el único especificación 1962 que corrió bajo la Scuderia de forma oficial, apareciendo en Le Mans al igual que en los 1.000 km del Nürburgring, donde fue el vencedor de su clase.
Identificado con el chasis número 3765, fue de los pocos GTO en recibir un V12 Colombo especial cuyo desplazamiento era de 4 litros, no de 3 como era costumbre. Con tres o seis carburadores Weber el motor rondaba los 300 a 390 hp; aunque un par de años después pasaría a manos de otros pilotos y recibiría un cambio de motor para volver al V12 3.0 estándar.
Este ejemplar paseó por Sicilia y luego fue a parar a Estados Unidos, propiedad de Fred Leydorf quien fue ejecutivo de FCA, ahora Stellantis. Este lo cuidó y mantuvo guardado en condición excelente, vendiéndolo después a su actual dueño quien recibió galardones en los Concours D’Elegance en Pebble Beach e Isla Amelia hace una década.
Superando el récord… apenas
Además de su historia y pedigrí en las pistas, este 250 GTO venía con toda la documentación que certifica su originalidad y pasado. Parecía casi un hecho que rompería récords, e incluso podría acercarse al auto más caro de la historia: un Mercedes-Benz 300 SLR.
Al final de la subasta el 250 GTO amasó 47 millones de dólares, pero con impuestos y tarifas su valor final fue de 51.7 millones. Por eso técnicamente es el Ferrari más caro de la historia, y 250 GTO más caro también, pero no por mucho.
Por ahora volveremos a la normalidad, aguardando a que el próximo 250 GTO emerja de las sombras y amenace con imponer otro récord en una subasta. Quizá tenga que ser un 250 GTO en el que Enzo Ferrari haya dormido o cenado para que su precio se doble.