Aquí tiene lo que llaman una “clásica jugada” de Porsche. Con cada actualización del 911 llega un incremento en poder para varios modelos. A veces aquellos con insignia Turbo se equiparan al anterior Turbo S, los GTS suben al nivel del GT3 y así. Fue el turno del Porsche 911 Carrera S, que inicia el año subiendo de escalón al puesto que ocupaba el 992.1 GTS.
Ese numero es importante, porque indica al presente 911 antes de la actualización. El Porsche 911 Carrera S que ve aquí es parte del ciclo 992.2, que trajo consigo varias mejoras importantes y un modelo híbrido, detalles que ya exploramos en otro momento. Lo cierto es que no importa qué generación sea, el 911 siempre tendrá un Carrera S.
Subiendo en la escala del 911
Hablamos muy en serio cuando decimos que el nuevo 911 Carrera S tomó el lugar del GTS, porque Porsche literalmente subió a ambos modelos de peldaño. Mientras el GTS ahora es híbrido y habita en un lugar cercano al Turbo (o 911 S/T), el nuevo Carrera S de tracción trasera ocupa esa vacante, por encima del Carrera estándar y el entusiasta T manual.
Porsche toma el mismo motor turbo de seis cilindros bóxer y eleva su potencia de 443 a 473 caballos, cortesía de un nuevo sistema de refrigeración y dúo de turbos. El sacrificio es un torque que permanece en 530 Nm y la ausencia de transmisión manual, sólo PDK de 8 marchas.
Otros juguetes en desempeño incluyen un escape menos restrictivo, los frenos del viejo GTS (con discos de 16” adelante, 15” atrás), suspensión adaptativa con el sistema PASM y, de forma opcional, dirección en el eje trasero. El frente tiene nuevas entradas de aire y todo es ligeramente más aerodinámico, con torque vectorial como última novedad.
Pequeños retoques estéticos
Porsche mantendrá las versiones Coupé y Convertible del 911 Carrera S, nada sorpresivo ahí. De forma estándar se encuentran luces Matrix LED, rines de 20” adelante y 21” atrás, una luz trasera retocada y nuevos colores.
Toda la cabina tiene cuero y dos pantallas, porque el clúster ahora es digital, aunque los botones físicos sobreviven a la actualización. Típico de Porsche, los materiales y colores del interior se pueden personalizar a gusto, con 48 combinaciones bitono y una silla trasera opcional.
Es una lástima que ya no hay tres pedales, pero el Carrera S seguirá por muchos años. Ahora, sólo falta que los modelos 4 (de tracción total) y los Turbo se actualicen, ojalá con más opciones para los entusiastas.