De la misma manera en la que el Mini hatch fue primero y luego vino el convertible, cuando el pequeño ícono británico se reinventó hace 23 años, el Mini Cooper convertible eléctrico llega después de su contraparte de cabina cerrada. Sí, ese prototipo que era más un auto listo para producción que BMW Mini mostró al mundo para crear expectativa.
Con eso dicho, era cuestión de tiempo para que introdujeran un modelo así. Después de todo Mini lleva 20 años ofreciendo una variante descapotable (o dos) en todo su portafolio de modelos. Y es justamente lo que se imagina: un Mini Cooper SE eléctrico que ahora tiene techo suave y retráctil para justificar el título de “convertible”.
Lo mismo, pero sin techo
BMW, digo Mini, insisten que el Cooper SE es como un kart eléctrico y su variante convertible no podía ignorar eso. La marca británica no altera el propulsor que usa el Mini hatch EV, con un único motor, baterías de 32 kWh y una potencia que ronda los 181 caballos. Con un torque instantáneo de 280 Nm, este “pseudo-hot hatch” va de 0 a 100 km/h en 8.2 segundos.
Como sabe, un auto convertible es más pesado ya que las marcas tienen que aumentar la rigidez del chasis, y el Mini eléctrico no es la excepción. Eso se refleja en su autonomía, que es de apenas 200 km en comparación a los 220 a 235 que puede recorrer la variante hatchback. En esencia se cambia eficiencia por verse más llamativo a donde quiera que vaya.
Tintes de edición “coleccionable”
Lo que Mini no alteró en su forma sí lo agregó en sustancia. Quizá por eso serán solo 999 unidades y todas para el mercado europeo: para preservar su sensación de individualidad y exclusividad. El modelo ignora la viva paleta de colores de Mini y opta por dos tonalidades: negro o blanco brillantes, con acentos color bronce como detalle exclusivo. Todos tienen una placa que los numera y los acentos verdes así como los rines peculiares de cualquier Mini eléctrico.
En el interior Mini agregó asientos en cuero con ajuste eléctrico y calefacción, volante forrado en napa, más acentos amarillo eléctrico y tablero con piano black. Todo eso junto a lo que puede esperar en un Mini eléctrico convencional, como head-up display, navegación, asistencias de seguridad activa, control crucero y todos esos elementos de un convertible pequeño premium.
Puede que sea una serie limitada pero no será la última vez que vea un Mini convertible eléctrico. Solo espere a mediados o finales de este año y lo verá en más mercados, porque la demanda por este pequeño modelo es más grande de la que se imagina.