Siguen las despedidas al motor V8 en los cuarteles de Stellantis en Detroit. Es inevitable a estas alturas, a menos claro que Stellantis decida desarrollar un V8 compacto y limpio. No parece posible, dada la existencia del motor Hurricane seis en línea. Así que, sin más remedio, es el turno de Jeep para despedir al Wrangler más poderoso de la historia: el Rubicon 392 con su venerable V8 Hemi de 6,4 litros.
Como es típico de las marcas americanas, cuando se despiden de un muscle car o cualquier modelo con un V8 tradicional, su precio exorbitante es inversamente proporcional al número de ejemplares. En Estados Unidos aman estas ediciones limitadas de colección y el último Jeep Wrangler Rubicon V8 no será la excepción.
Un Jeep de colección… con músculo V8
Para ser una edición de despedida, este Wrangler estará equipado con bastantes juguetes. Empezando por su suspensión levantada que eleva el despeje al suelo a 29 centímetros. Todo para hacer espacio a esas enormes llantas BF Goodrich de 35 pulgadas, que le dan al Wrangler Rubicon un aspecto de “mini monster truck”.
Para rematar, los rines de 17” son tipo beadlock y Jeep añade estribos, protección extra para el motor y parrilla, un winche de rescate y nuevas tomas de aire en el capó y los costados. En la cabina Jeep agrega asientos cubiertos en cuero napa, un juego de herramientas con 83 piezas y una placa especial para conmemorar la ocasión.
Su tren motor no cambia, con el mismo V8 aspirado de 6,4 litros, 470 caballos de potencia y 637 Nm de par a las cuatro ruedas. Un buen resumen del último de los Mohicanos, quiero decir Rubicones, es lucir como un muscle car, pero con fuertes capacidades todoterreno.
Jeep producirá 3.700 ejemplares del último Wrangler Rubicon V8. De las cuales, sólo 100 saldrán fuera de Estados Unidos y Canadá, por si tiene ganas de despilfarrar $100.000 dólares (USD) en el Wrangler definitivo.