Sí, pensamos igual que usted, ¿quién en su sano juicio pagaría semejante cantidad por un muscle car que llega incluso a ser más caro que lo que pagó J Balvin por su LaFerrari? Para gustos los colores, y este Shelby de 1965 que ve acá se subastó por la módica suma de $3.85 millones de dólares. Sí leyó bien, casi 14 mil millones de pesos colombianos, lo que automáticamente lo convierte en el Mustang más caro de la historia.
“The Flying Mustang”
Este es el nombre que recibió el modelo en cuestión luego de que el mismísimo Ken Miles lo hiciera “volar” casi 20 centímetros del piso en la pista de Green Valley Raceway. La icónica foto caló tanto en el público que incluso Shelby la incluyó en uno de sus anuncios bajo el copy “Lo ve, ¡nuestros Mustangs realmente vuelan!”
Pero lo anterior no justifica tan inflado precio a menos que el comprador sea un amante de la fotografía o del momento que representa. Este Mustang Shelby GT350R debe su altísimo valor al considerarse el Mustang Shelby más importante de la historia. ¿Cómo llega entonces este musculoso a ostentar semejante reconocimiento? Sencillo, en esta lista bastante resumida podemos ver algo de su palmarés:
- Es el “Mustang Volador” (ya lo expliqué)
- Fue el primer modelo Shelby R de competición construido.
- Fue el primer Shelby Mustang en ganar una carrera.
- Fue diseñado en conjunto con Ken Miles y usado por él.
- Su chasis “SFM5R002” fue el prototipo del que se basó el modelo final SFM5R001
- Fue portada en 1965 en la edición de marzo en la revista Sports Car Graphic y de mayo en la revista Road & Track.
- Ganó en la categoría “Mejor de su Clase” en el Pebble Beach Concours d’Elegance de 2015
Todo lo anterior son solo unos cuantos hechos de una larga lista de importantes sucesos que engalanan la historia detrás de este Mustang.
Si bien, el precio final puede parecerle descabellado, hay que recordar que en una subasta cada quien paga lo que le plazca (o lo que tenga en el bolsillo). Para que se haga una mejor idea, el Mustang más caro vendido antes del expuesto aquí era el Bullitt conducido por Steve McQueen en la película del mismo nombre. Dicho modelo se vendió por la módica suma de $3.74 millones de dólares.