¿Recuerda el revuelo que causó la llegada del Mustang con motor EcoBoost? Pues resulta que sus detractores tuvieron la razón, al menos en el viejo continente. Ford retiró de su catálogo en Europa al Mustang con motor de cuatro cilindros. La razón es que sus bajas ventas no justifican mantenerlo en los concesionarios, menos cuando se suponía que ese sería su mercado principal.
Cuando este modelo se presentó, los puristas eran muy renuentes y escépticos sobre el éxito que tendría el Mustang de motor pequeño. A decir verdad, no era la primera vez que la marca del óvalo ponía este tipo de motores en este modelo, pero esta idea nunca terminó de convencer a todo el mundo. Sin embargo, el motor que Ford puso en el último Mustang es nada más y nada menos que el EcoBoost de 2,3 litros que genera 286 HP y 440 Nm de torque en la versión europea. Este es el mismo motor que se puede encontrar en el Focus en sus variantes ST y RS.
Adiós al Mustang con medio motor
Por extraño que parezca, a los europeos no les gustó esta configuración, pues solo representaba el 15% de las ventas totales de este deportivo. Por eso, la filial de Ford en Europa retiró al Mustang con motor de cuatro cilindros del mercado. Este era el modelo de entrada, pues se podía encontrar desde los 41.000 euros, 9.000 euros por debajo del GT. Ahora solo se puede encontrar la variante con el motor coyote V8 de 5 litros en versiones GT y Mach 1.
A decir verdad, esta no es una movida sorprendente. El Mustang nunca ha sido un auto de primera necesidad o pensado para un uso rutinario. Lo más usual es que sea una compra por placer o por capricho y quien lo quiere de verdad no va a escatimar en gastos. Por eso, desde la perspectiva de un entusiasta, ponerle un motor más eficiente a un Mustang no tenía sentido. Era quitarle eso que lo hacía un verdadero muscle car, convirtiéndolo en un deportivo que competía con un Subaru BRZ o Toyota GT86. Aún hoy en día, esa idea no nos termina de convencer.
