Fue uno de los protagonistas en el Salón del Automóvil de Bogotá y Colombia fue uno de los primeros países de la región en conocerlo, pero nosotros hemos ido más allá y ya la manejamos. La Kia EV9 fue protagonista de los World Car Awards y es, una vez más, uno de los mejores modelos de la marca en su historia.
El EV6 ya era suficiente anticipo para saber las grandes capacidades de Kia de hacer un automóvil eléctrico de calidad, con beneficios reales en su cabina, eficiencia o de su manejo en general. El único detalle es que se importó uno a Colombia y nunca se comercializó oficialmente, así que quedó como un bonito abrebocas y nada más.
Otra historia es la de la EV9, próxima a rodar en Colombia después de haberse puesto en preventa durante el Salón del Automóvil de Bogotá. Lo que parecía en el papel algo bueno se confirma después de varios kilómetros en ciudad, autopista y vías de montaña en los alrededores de Pasadena, California. La hemos manejado al ser uno de los candidatos a World Car of the Year. Y uno muy sólido.
Primeras sensaciones positivas
Estrenando la plataforma de eléctricos grande que dará vida también al Hyundai IONIQ 7 (el mencionado EV6 es un pariente del IONIQ 5), la Kia EV9 es la alternativa completamente eléctrica a la muy interesante Telluride, que por cierto fue el World Car of the Year del año 2020.
Una vez superado el impacto inicial de algo que parece un auto concepto llevado a la producción, las buenas impresiones continúan con el desfile de creatividad en una cabina que para colmo está construida con esmero: desde la calidad y el olor del cuero de los asientos hasta la integración entre distintas texturas en el tablero, la claridad de los gráficos en la pantalla dominante o la sutileza de la luz ambiental. Si acaso ciertos botones brillantes y pintados en gris dejan lugar a la duda en cuanto a qué tantos años pueden permanecer viéndose así de bonitos.
Salto inmenso en calidad
Luego está el vasto equipamiento que va a terminar de cerrar el trato para algunos, con reposa-pies desplegables al estilo de esas poltronas para ver televisión en la primera y segunda fila, masajes para el asiento del conductor o un sistema de sonido (Meridian) que parece sacado directo de una Range Rover. El revestimiento interior del techo incluso estaba terminado en un gamuzado más propio de Genesis, así que, para mantener cierta distancia con la marca premium, esa experiencia tan lujosa se contradice por una apertura manual en las cortinillas de la zona frontal del techo panorámico o de los vidrios laterales de la segunda hilera, un detalle menor en un habitáculo moderno, fresco. Lo único que nos pide costumbre es el menú de la climatización, obstruido por el aro del volante desde la posición del conductor.
La apariencia y el equipamiento, al final, son la superficie y la ingeniería y la conducción necesitan estar al mismo nivel, lo que en efecto termina ocurriendo. Por supuesto que un eléctrico será silencioso, pero la ausencia de ese motor de combustión normalmente revela ciertos ruidos parásitos que en un eléctrico tienen que ser suprimidos.
La muy cuadrada y voluminosa EV9 lo hace con gracia, rueda en autopista con sutileza y hasta con la serenidad de unas asistencias de seguridad bien calibradas: el asistente de carril nos centra la dirección sin agresividad, el control de crucero activo actúa sobre los frenos sin torpezas, el cambio autónomo de carril nos funcionó de manera impecable (basta activar la direccional y ella se encarga del resto) y la interfaz para usar esas tecnologías es fácil e intuitiva, incluso con el soporte de un head-up display a color nítido y claro en sus datos.
¿El mejor Kia de la historia?
Tanta suavidad tiene mérito en algo que no tiene muelles neumáticos y que no está tan lejos del refinamiento de un SUV de lujo con amortiguadores de dureza variable. Algunos movimientos laterales en asfaltos más irregulares delatan esa orientación más norteamericana, si bien en tramos llenos de curvas las inercias, a la larga, quedan bien controladas y hasta acabamos sorprendidos por una dirección mejor ejecutada que en la Telluride y unos frenos que podrían pasar como los de un buen auto de combustión.
La Telluride, siendo más ligera al no ser eléctrica, nos da la impresión que no controla igual de bien su masa en relación a una EV9 que tiene que lidiar con una batería de casi 100 kWh y está a cargo de administrar dos motores eléctricos con un total de 378 caballos y 700 Nm. No hay ni el más mínimo motivo para preocuparse por la respuesta con cupo completo y equipaje.
No todo es perfecto porque la versión más potente que conocimos tiene una autonomía estimada por la EPA un poco por debajo de los 400 km, dato de todas maneras normal para su tamaño. Con eso dicho, el ciclo WLTP coloca la autonomía del EV9 por encima de los 500 km. Ya depende de la región en la que el Kia EV9 se encuentre, y por estar en el marco de los World Car Awards en EE.UU. le creerán más a la EPA.
En nuestro país es un producto de nicho y en Estados Unidos de por sí también lo es, porque no hay muchas opciones eléctricas con tres filas de asientos que no sean un corriente y envejecido Tesla Model X.
Kia EV9 GT Line 2024
Largo | 5.01 metros |
Tipo de motor | Eléctrico síncrono |
Potencia | 378 hp |
Torque | 700 Nm |
Tracción | En las cuatro ruedas |
Capacidad de la batería | 99.8 kWh |