Cuando se tiene dinero y una pasión por los autos, el cielo es el límite. Literal, apenas siquiera se está cuajando la idea de autos voladores, así que el siguiente límite será el espacio. Ese no es el punto, porque nada más contemple esta “obra de arte”: un Porsche 918 Spyder Harlequin. No es una pintura sino un wrap, pero eso no le quita lo impresionante.
Tenga en cuenta que un Porsche 918 Spyder no necesita ser más llamativo porque nada más obsérvelo. Es un híperauto suntuoso, elegante y diferente a cualquier creación de Porsche, salvo el Carrera GT con el cual comparte algunos genes. Así que literalmente “pintarlo” de cuatro colores no es necesario, pero es una referencia bastante agradable si usted sabe el contexto.
Harle… ¿qué?
Harlequin, la palabra en inglés para decir arlequín que es una forma elegante de decir “bufón o payaso”. A Volkswagen se le ocurrió en los noventa tomar la colorida vestimenta de un arlequín y aplicarla en sus autos; creando uno de los Polo y Golf más coleccionables de la historia. El concepto del Volkswagen Harlequin (o Harlekin) era simple: cada panel en el auto tenía un color distinto, para un total de cuatro tonos ún: amarillo ginster, rojo flash, verde pistacho y azul chagall.
3.800 Polo y cerca de 250 Golf recibieron el tratamiento Harlequin, convirtiéndolos en un auto de culto imitado por muchos. Sin duda es una idea que solo podía provenir de los años noventa, donde todo era así de colorido.
Porsche con ínfulas de Volkswagen
Un tributo al Harlequin puede hacerse con muchos autos, como un Golf moderno o Jetta moderno e incluso un Atlas, pero nadie había pensado en el Porsche 918 Spyder. Su dueño quería ser el primero y enlistó la ayuda de Next Level Cars en Países Bajos para cumplir ese sueño. Piense lo que quiera, pero un auto tan exótico como el 918 encaja con un concepto tan bizarro como el de los Volkswagen Harlequin.
Aplicar el wrap no fue cosa fácil ya que el diseño del 918 es más intrincado que el de un hatchback cotidiano. Especial cuidado tuvo que ponerse al área circundante al motor, vestida de ese verde pistacho, gracias a la cubierta del motor y sus detalles aerodinámicos.
Sin duda es uno de los 918 más únicos en el planeta, y al ser un wrap puede volver fácilmente a su color original cuando el dueño se canse. Ojalá que no lo haga, porque imagine ver este colorido bólido acelerar de forma bestial (gracias a sus motores eléctricos), superando los 100 km/h en dos segundos y medio para después superar los 350 km/h. Picasso y los creadores del Polo Harlequin estarían orgullosos.
