Ferrari-F40-menta
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Porque el color rojo está demasiado visto. No importa que Ferrari demandara a Deadmau5 por su “Purrari” color aguamarina, eso no detuvo a alguien de tomar este F40 y pintarlo de color menta. El único en el mundo, cabe agregar, porque la única forma de hacerlo más único es instalar un kit de Liberty Walk o instalar un V12 con especificación para competencias.

Pues bien, alguien decidió que este Ferrari F40 color menta, apodado “Minty Forty”, valía una fortuna. Casi 1.8 millones de dólares (USD) para ser precisos, porque ese fue el resultado de su subasta al finalizar el Concours d’Elegance en Pebble Beach. Y la verdad es que una elección de color tan específica y llamativa merece su propia exploración, sin mencionar que este F40 posee una inspiración muy concreta.

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Este es el tipo de exótico que le encantaría a Sonny Crockett o Tommy Vercetti.

Porque el rojo ya se ha visto

Si bien todos los Ferrari F40 son excepcionales, algunos lo son más que otros como este Cavallino menta aquí presente. Originalmente era rosso corsa como casi todos los F40 y dejó la fábrica de Maranello en 1991, con el número de chasis 88538. De allí fue a parar en Alemania, donde cambió de manos varias veces, incluyendo el presidente del club Ferrari alemán, Arnold Gardemann.

Este lo vendió a un tercero luego de un accidente, quien llevó el F40 a su natal Países Bajos y lo mandó reparar. Pasando por diferentes dueños, llega a su más reciente custodio en 2021, luego de tres participaciones previas en la Mille Miglia. Aquí es donde este individuo decide ir en contra de las normas y declarar que “un Ferrari rosso corsa” está demasiado visto. Si no cree que esa es una declaración válida, pregúntele a Maluma.

Estética pura sobre ruedas… y un V8 biturbo

El 250 GTO que inspiró esta creación y que, en su momento, rozó los 40 millones de dólares en subasta.

Gracias al gran Stirling Moss (Q.E.P.D.), es que nace la idea del Ferrari F40 “menta”. Este F40 está inspirado en el 250 GTO Verde Pallido de Sir Moss, que terminó disputando las 24 Horas de Le Mans en 1962 y que en su momento fue el Ferrari más caro de la historia.

Con esa tonalidad verde tan peculiar, el dueño del F40 decidió darle una capa de menta refrescante. Allí no se detuvo, porque la cabina se restauró por completo, con dos butacas de color azul vibrante y un tablero de color gris. Si un auto encarna la estética de Miami de los años ochenta, es este; por tal motivo es apropiado que las fotografías de RM Sotheby’s se tomen allí, en lugares como el histórico estadio marino de Miami.

Fuera del impactante color, que ningún otro F40 posee, este modelo es 100% original. Desde su V8 biturbo, transmisión manual, suspensión, frenos y carrocería. Ferrari, que suele ser algo estricta con este tipo de modificaciones, le dio el visto bueno a “Minty Forty” e incluso permitió que se hiciera una réplica a escala firmada por Amalgam Collection.

Al final de Pebble Beach, algún afortunado pagó 1.8 millones de dólares y se convirtió en el nuevo guardián de este F40, que demuestra una vez más que el color sí importa. En un mar de Ferrari rojos, de deportivos plateados o negros, una tonalidad menta, naranja, púrpura o amarilla realmente capta la atención de todos.

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Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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