Sea cual sea el modelo, alguien ya se las ingenió para exprimir más potencia. Desde un Renault 4 con carburadores de dos o cuatro bocas hasta un Chevy Corvette con dos turbo, siempre existe una ventana abierta a más potencia. Tome por ejemplo esta creación australiana: un Suzuki Jimny común y silvestre, con una inyección decente de poder gracias a estar supercargado.
Sí, llámelo como desee: sobrealimentación, kompressor como los alemanes, en fin. El caso es que el pequeño Jimny casi que dobla la potencia de su versión kei car japonesa, incluso superando el poder de un Suzuki Swift Sport que no es supercargado sino turbocargado. Algunos dirán que es muy poco, pero para ciertos proyectos, un número así es más que perfecto.
Un poco de picante para el off-road
Viajamos al otro lado del planeta (tenga cuidado, que todo está al revés) para encontrar a este Suzuki Jimny de 3 puertas supercargado. La firma se hace llamar Harrop Performance y ellos se encargaron de diseñar, probar y ajustar un supercargador diseñado para cualquier Jimny con motor 1,5 litros de 4 cilindros.
Propulsor que, de forma estándar, entrega apenas 100 hp y unos 130 a 136 Nm de par. Con el kit de Harrop, que incluye un sobrealimentador Eaton TVS900, un intercooler, sistema de inducción con mayor diámetro y un ECU reprogramado, esa figura salta a 142 equinos y 168 Nm. O 136 ponies y 150 Nm sin el uso de un snorkel con admisión en frío. Todo ajustado para un óptimo uso del poder y torque a bajas y medias revoluciones, ideal para el ambiente predilecto del Jimny: los terrenos difíciles.
No es cuestión de tener potencia desmedida, sino de tener más fuerza al escalar piedras o pendientes. Harrop señala, desafortunadamente, que por el momento el supercargador sólo aplica para Jimny automáticos. Y, está bien, en aventuras todoterreno un automático no es una mala opción a tener.
Aunque usted sabe que los más puristas pondrán “el grito en el cielo” y Harrop posiblemente trabaje en una manera de reforzar la transmisión manual para aceptar el salto en poder. Quizá un turbo, como buen japonés, sea una respuesta mejor, pero nada reemplaza el silbido de un sobrealimentador, en especial en un Jimny así de simpático y jovial. Además, 130 a 140 hp debería ser la figura de algún Jimny de fábrica, ¿no lo cree?
