¿Quién no ha soñado con tener algún auto de esos que salen en una película? Seguramente sí y lo más seguro es que sea alguno de los que apareció en la saga de Rápidos y Furiosos. Para tenerlo podría construirlo a mano, pero eso es complicado. La otra opción es que acuda a Speedkore para comprar el Hellacious Dodge Charger, el último y más impresionante auto de Dominic Toretto y el que aparecerá en la novena entrega de la saga.
Un monstruo que no verá las luces traseras de nadie
¿Qué tan impresionante es? Pues mucho, ya que Hellacious Dodge Charger de Speedkore es un muscle car tan modificado que ahora es de motor central. El motor que se ubica detrás de los asientos delanteros es nada menos que un Hellcat V8 de 6,2 litros que entrega 707 HP y 880 Nm de torque. La potencia pasa a las ruedas traseras gracias a un transeje Graziano sacado de un Lamborghini Gallardo. El radiador principal Saldana está montado en el frente, mientras que los intercoolers del sobrealimentador se instalaron en la parte de atrás. El escape también tenía que ser a medida, así que usaron componentes de MagnaFlow para construirlo de manera que quedara integrado en el chasis.
Por cierto, el Hellacious no usa el chasis normal del Dodge Charger, sino que usa un chasis perimetral integrado en la carrocería creado por Speedkore. Esta estructura permite acomodar una suspensión frontal de brazos en forma de A diseñado por Detroit Speed, quienes también aportaron el bastidor de la dirección. La suspensión trasera es doble horquilla y es cortesía de Race Cars Replicas. Los frenos de 6 pistones al frente y 4 pistones atrás están firmados por Brembo y se complementan con un freno de mano hidráulico para derrapes. No se esperaba menos de semejante monstruo.
Aspecto de película
Por fuera, la apariencia del Speedkore Hellacious Dodge Charger es digna de una película. Conserva las líneas generales de un muscle car americano, pero todo está construido en fibra de carbono. Las ruedas son unas HRE diseñadas exclusivamente para el Hellacious de 18 pulgadas y son de tuerca central. El exterior está pintado en negro mate y, por si este monstruo no era lo suficientemente imponente, también trae un widebody de Sean Smith Designs.
Sin embargo, entre tantas modificaciones trae unos detalles originales del Charger del 68. Por ejemplo, parrilla de listones verticales y las luces son de fábrica, aunque tiene un tratamiento de metal brightwork. Los parachoques también son clásicos y están terminados en acero cepillado. Por dentro no hay nada original y no hay ningún lujo. Tiene asientos de carrera con arneses Simpson, indicadores de tipo clásico y la palanca de cambios tiene los mecanismos al descubierto, muy al estilo de Dom. Si quiere uno, vaya alistando 2 maletas de dinero, porque lo más seguro es que no sea nada económico.