Debemos suponer que don Horacio Pagani debe estar decepcionado frente a la forma que tratan una de sus creaciones. El flamante Pagani Zonda que perteneció a Lewis Hamilton volvió a ser chocado, está vez con daños más serios que la ocasión en la que el piloto de F1 estaba al mando. Comenzamos a pensar que el pobre Zonda simplemente tiene mala suerte.
Un pequeño recuento y es que este ejemplar en particular es uno de cinco Pagani Zonda 760, y el único en cargar el sufijo LH por las iniciales de su primer dueño, Sir Lewis Hamilton. Un vehículo impráctico para conducir, según el siete veces campeón de F1, pero con una apariencia exquisita acompañada por el glorioso sonido de su V12 de Mercedes-AMG, que desarrolla 760 hp. Con esa banda sonora tras sus oídos es difícil culpar al Zonda, que fue adquirido en 2021 por otro comprador quien habría pagado 10 millones de dólares por el privilegio.
“Arrancón” en un túnel sale mal
Este personaje fue el responsable del accidente en esta ocasión. Ocurrió en un túnel y usted ya sabe qué significa eso. Ventanas abajo y acelerador a fondo para escuchar el rugir del motor, sin importar que se trate de un city car o un exótico. Esto fue lo que hizo el actual dueño, a quien “se le fue la mano” con el acelerador y perdió el control de esta bella máquina, plantándola firmemente en los muros del túnel ubicado en algún lugar de Gales. Por fortuna el hombre salió ileso, pero no se puede decir lo mismo de su belleza italiana.
El fotógrafo Ethan Gale captó las secuelas del choque dentro del túnel, al igual que el momento en el que el Zonda es remolcado. La suspensión trasera y ambos ejes se ven destrozados, el frente quedó totalmente arruinado y hasta el vidrio frontal hecho trizas. Con eso dicho, no parecen daños demasiado críticos o terminales y ciertamente se pueden reparar para llevar a esta bestia manual de nuevo a las calles. El que sea fácil no significa que será económico hacerlo, pero creemos que su dueño es una persona lo suficientemente acaudalada para cubrir con los gastos.
Por lo menos su dueño compensa su falta de pericia al mando de semejante exótico con su entusiasmo y ganas de conducirlo. Aunque hay mejores espacios para disfrutarlo sin límites, siendo conscientes que el poder de acelerar en un túnel es irresistible.
