A todos nos ha ocurrido: llegamos al lavado de autos (o autolavado, como prefiera decirle) listos para limpiar la nave. El agua empieza a correr y de repente, ¡bam! Nuestro vehículo se ve reducido a un tamaño mucho mejor. Personalmente odio cuando eso ocurre, pero en China parece no importarles e, incluso, lo han tomado como deporte; he aquí dos ejemplos en forma de un Rolls-Royce y Maybach “encogidos” por ese ciclo de lavado.
Claro que es un chiste, una exageración para darle paso a estas “creaciones”. Como bien sabe, en China no saben qué son las leyes de derechos de autor, permitiendo que todo tipo de copias e interpretaciones “bizarras” existan. Y no hay un segmento más peculiar y lleno de copias que los LSEVs, o Low-Speed Electric Vehicles.
Diseño (y copias) por encima de todo
Rápidamente, este es un segmento de “microvehículos” compuestos por cuadriciclos cuya velocidad está restringida a 40 o 60 km/h. Tampoco pueden circular en avenidas o vías mayores, su uso es más bien urbano y residencial y, lo más importante, pueden conducirse sin licencia.
Los autos de este tipo son bastante comunes en China, particularmente entre adolescentes o adultos mayores. En el fondo todos usan la misma fórmula, baterías pequeñas, motores de baja potencia e interiores sencillos. Por tal razón los fabricantes en China se esfuerzan en hacer exteriores llamativos, al grado que terminan copiando vehículos de mayor alcurnia, como el “Rolls-Royce” y “Maybach” que aquí ve.
«Querida, encogí el Rolls»
En el papel ambos son iguales, con una silueta exterior similar y hasta puertas de apertura suicida. El Rolls-Royce es la mejor “copia” entre ambos, imitando la parrilla de panteón y faros rectangulares de un Phantom o Cullinan, con una Y en vez del Espíritu del Éxtasis.
Al otro lado tenemos lo que ocurre si se deja mucho tiempo en la lavadora o secadora un Mercedes-Maybach GLS. Que parece más un caramelo derretido con la parrilla cromada y faros de un Mercedes instalados allí para que no desentone. Y luego está el interior, donde abundan los plásticos violetas, algo de materiales suaves y rejillas de aire, pantalla doble y volante copiados de Mercedes-Benz.
¡Hasta iluminación ambiente adorna las puertas y tablero! Aunque evocan más un bar de música norteña que la sensación de primera clase de un auto de lujo. No que importe, porque esta “epítome del estilo en China” ronda los 2.000 a 3.000 dólares americanos; una fracción de lo que cuesta un Rolls-Royce o Maybach reales. Y le aseguro que captarán mucho más la atención a donde quiera que se desplace.
