Apuesto a que usted tampoco se imaginó jamás un cara-cara entre el hermano de Pablo Escobar vs Elon Musk. Yo tampoco, pero así de locos son los tiempos en los que vivimos: Roberto Escobar demandará al presidente de Tesla Motors. La razón, según Escobar, es que Elon Musk le robó el diseño de un lanzallamas de juguete y debido a esto se propone demandarlo por la módica suma de cien millones dólares. ¿Lo más curioso? Que según nuestra investigación, el diseño no parece pertenecerle a ninguna de las dos partes…
¿Fabricado en California, Medellín…o Taiwán?
Echemos para atrás la película hasta diciembre de 2016 cuando Musk anunció que fundaría una empresa para excavar túneles llamada The Boring Company. Para generar publicidad y recaudar fondos para su nueva compañía, Musk vendió cincuenta mil gorras a US$20 cada una. Después, Musk bromeó diciendo que a la gorra la seguiría un lanzallamas. Solo que no era una broma y en enero 27 de 2018 se empezó a vender el Not-a-Flamethrower (“No-es-un-lanzallamas”) por un precio de US$500. Las 20.000 unidades disponibles se vendieron en menos de 100 horas. La versión de Escobar, sin embargo, es otra. Él afirma que en 2017 un empleado de Musk visitó uno de sus comercios en Medellín y vio el lanzallamas en cuestión que Escobar dice haber estado desarrollando. Ahí empezó el Escobar vs Elon Musk.
Efectivamente, el lanzallamas de Musk es idéntico al que se ve en las imágenes en la página web de Escobar Inc., con la diferencia que uno dice The Boring Company y el otro Escobar Inc. Sin embargo, en Fuel investigamos un poco y encontramos algo bastante curioso. Resulta que, pocos días después de que se vendieran todos los Not-a-Flamethrower de Musk, un canal de YouTube encontró la manera de hacer una réplica idéntica del lanzallamas de Musk a la mitad del costo. El video utilizaba como base un rifle de juguete para jugar airsoft: un rifle que tiene un gran parecido a los lanzallamas de ambas empresas. El rifle en cuestión, el CSI S.T.A.R. XR-5 FG-1503 de Matrix Tactical Systems, se fabrica en Taiwán y está a la venta desde 2017. Juzgue usted mismo el parecido en estas imágenes.
La cosa está que arde.
Para hacer todavía más extraño este asunto, que ya de por sí es verracamente extraño, la misma página web de Escobar Inc. se contradice un poco. Por un lado, los videos que tienen con modelos en ropa interior posando con el lanzallamas fueron subidos a YouTube en 2019, o sea, un año después del lanzallamas de Musk. Por otro lado, la letra menuda del producto afirma que Escobar Inc. no fabrica el producto sino que se trata de un royalty deal. Básicamente, una empresa llamada Flameshooter LTD en Reino Unido fabrica el lanzallamas y le paga a Escobar Inc. para poner esa marca sobre su producto. Para colmo, esa misma letra menuda en la página web se refiere al producto en cuestión como un Not-a-Flamethrower.
Así que ahí lo tiene, la historia completa detrás de la noticia más rara que va a leer en todo el día. Musk mismo ya respondió a la acusación de Escobar diciéndole simplemente, en tono de broma, que su producto no es un lanzallamas. Y es cierto. En realidad todo este tiempo hemos estado hablando de una antorcha de propano montada sobre un rifle de juguete: es por eso que el Not-a-Flamethrower de Musk no le trajo problema alguno con las autoridades gringas. Por su parte, un representante de Escobar Inc. insiste en que Escobar demandará Musk y que el magnate sudafricano “Lamentará no habernos pagado, como todos lo han lamentado”. Y usted, ¿a quién le cree? ¿Al hermano del hombre que prendía carrobombas como si fueran Chispitas Mariposa o al primer hombre en mandar un carro deportivo al espacio?