Que sus ojos no lo engañen: esto no es un Porsche 911, tampoco un Volkswagen Beetle/Escarabajo/Vocho/Fusca disfrazado de uno. Esta perla del maquillaje es japonesa y logra que un Daihatsu Copen simpático luzca como un “mini” Porsche 911 GT3 RSR de un universo alterno.
Nada más aprecie ese nombre: Coperche 811, un curioso amalgama entre Copen y Porsche 911, para esconder su origen Daihatsu y no romper derechos de autor. Es obra de un preparador llamado StanceMagic y su única razón de ser es imitar a un 911. En serio, Japón está enamorado de esos vehículos domésticos (JDM) que imitan a otros, como ese Autozam vestido como un Ferrari o un Suzuki Jimny con cara de Lancia o Renault.
Disfraz de 911
StanceMagic seleccionó un Daihatsu Copen de primera generación (sí, el simpático) para dar vida a esta creación. Como el Volkswagen New Beetle, el “Coperche” tiene su motor al frente, no en el eje trasero y, por lo visto, conserva un motor de 4 cilindros y 1,3 litros unido a una transmisión manual, enviando 86 hp a las ruedas delanteras.
Usando la magia de la fibra de vidrio y carbono, StanceMagic crea un bodykit que transforma el frente en el de un 911 de la generación 997, así las luces traseras vengan de un 996 real. Los pasos de rueda fueron ensanchados, se agregaron tomas de aire (que no alimentan al motor) y un descomunal alerón trasero, más grande que el mismo Copen.
El toque final es una librea blanca, negra y roja, similar a la que usaba Porsche con el 919 que ganó Le Mans. Eso y butacas tipo cubo para el interior, porque imaginar que esto es un 911 es mejor que intentar comprar uno de verdad.
Hay que reconocer algo y es que este “mini 911” ciertamente capta la atención de inmediato. Además de tener cierto encanto e ironía por simplemente existir.
