Los problemas modernos requieren soluciones modernas, o eso dicen. El lío está cuando las soluciones “revolucionarias” crean problemas que no contemplamos. Tal es el caso del piloto automático, un sistema con el que la humanidad viene soñando al menos los últimos cien años. Y aunque Tesla no es el único en ofrecer un sistema autónomo de autopilot en sus vehículos, si es el más conocido. Esto genera que las personas se confíen o se crean invencibles porque su auto se maneja solo. ¿El resultado? Una gran variedad de Teslas accidentados por culpa de su conductor.
El protagonista de la historia de hoy es un joven de 22 años que se desplazaba en un Tesla model Y. Como ya puede imaginarse, querido lector, el joven iba con el autopilot encendido. Si bien muchos vehículos de otras marcas ya ofrecen sistemas autónomos, el más reconocible y propenso a accidentes es el de Tesla. Y en este caso, el joven terminó estrellado contra el peor obstáculo que pudo ocurrírsele: una patrulla de policía.
Momento y lugar equivocados
El accidente sucedió en el condado de Eaton, en el estado de Michigan, Estados Unidos. Pasada la 1 am de este miércoles 17 de marzo, un patrullero estacionó su Dodge Charger de patrulla a un costado de la autopista. El policía se detuvo para investigar un accidente entre otro vehículo y un ciervo, cuando el choque tuvo lugar.
El joven muy probablemente se encontraba relajado dentro de su Tesla Model Y, confiando en que el sistema de autopilot lo llevara sano y salvo a casa. Tanto él como el sistema de detección y evasión de accidentes de su Tesla no contaban con el patrullero al costado del camino, y el vehículo terminó impactando la parte trasera de la patrulla.
Por suerte, nadie salió lastimado en el incidente. Y el joven de 22 años terminó multado y citado en un juzgado, para la sorpresa de nadie. Supongo que cuando uno se “estampa” contra una patrulla, no hay excusa que valga, incluyendo el autopilot. Tampoco ayuda el hecho que el hombre iba manejando con un pase de conducción vencido, según el reporte de la policía estatal de Michigan.
¿Nos alcahuetea la tecnología?
Respecto a este, y todos los accidentes de Tesla, la pregunta natural es ¿de veras funciona el autopilot? Y si bien ese es un debate bien interesante, hay algo más preocupante. La tecnología, en este caso el autopilot, está mal acostumbrando a las personas.
Por un lado ¿será que el joven que protagoniza este reciente accidente de verdad iba con el autopilot? En algunos casos, el sistema realmente falla, pero en otros la duda permanece si el conductor dijo una “mentirita” para lavarse las manos. Y las investigaciones respecto a recientes accidentes involucrando Teslas, por parte de La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NTHSA), demuestran que, en algunos casos, el autopilot no fue el causante del accidente. Y de ser así, la multa la puede estar acarreando Tesla.
Por otro lado, que las personas confíen el 100% de su bienestar o se crean unos “Montoya” al volante solo porque el carro que manejan tiene mil sistemas de seguridad es también un error. Similar a darle un smartphone a un niño pequeño, introducir conducción autónoma en conductores que no tienen ninguna experiencia ni referencia previa con un sistema así termina por causar situaciones como esta.
Al respecto, Tesla describe el sistema en su sitio web como un sistema que requiere de un conductor alerta en todo momento, y que no convierte al vehículo en un auto completamente autónomo. Como toda innovación, es un sistema que requiere ser perfeccionado, pero también el componente humano debe adaptarse y crecer junto al desarrollo.
Y ese es el problema, no todas las personas comprenden la importancia de usar responsablemente las nuevas tecnologías. Con o sin autopilot, es más fácil echarle la culpa al sistema de Tesla ya que es una tecnología nueva y no tiene nada que ver lo que hagamos o no frente al volante. Allí es donde radica la responsabilidad que deben asumir los conductores de cara al futuro, para por lo menos no en una compilación de fails del autopilot. O en un accidente peor.