Por si ha estado desconectado de redes o noticias, la gente está perdiendo la cabeza por el concierto de Bad Bunny. Particularmente aquellos que residen en Latinoamérica, ya que el “cantante” hará una gira por Estados Unidos y América Latina. Está el caso se alguien que endeudó al papá porque pensó que la boleta era en pesos (mx) y en realidad eran dólares. O aquella chica que se viralizó por llorar al no conseguir sus entradas. Hay hasta alguien que está ofreciendo su virginidad. Una locura total. Y luego está este individuo quien vendió su carro para conseguir las boletas del concierto de Bad Bunny. Como podrá sospecharlo, no terminó bien.
Aunque no lo crea, las boletas para ver a este caballero son caras. En extremo caras, y no ayuda la inflación del dólar. Los sitios de tiquetes implementaron una fila virtual (que no sirvió de nada), y muchos esperaron por horas. En muchos casos, las boletas se agotaron en menos de un día, o casi de inmediato. Por lo que muchos se desgarraron sus vestiduras al no poder ir al concierto; o pagaron sumas ridículas. Sólo falta que haya una marcha o protesta violenta. Sin embargo, esto es Fuel y acá hablamos de carros. Como el que ya no posee el protagonista de esta historia. Spoilers: se va a reír.
Sin el carro y sin el conejo
Tengo que decirlo, querido lector. No entiendo cuál es el revuelo por ver a alguien que tartamudea o bosteza al cantar. No sé usted, pero ni loco vendo mi carro así sea por ver a Pink Floyd. Y ese sí que es todo un espectáculo. El protagonista de esta “triste” historia es Gerardo Bieletto, un mexicano que compartió lo ocurrido vía TikTok. Allí, el joven cuenta cómo vendió su carro para luego comprar las boletas del concierto de Bad Bunny. El vehículo en cuestión es el popular Nissan Tsuru, o Sentra B13/V16 en otros países. El video contiene hasta la firma del traspaso del auto y la gran cantidad de billetes que Gerardo recibe por la venta.
Si leyó el título, ya sabe para dónde va esta historia. El hombre, con dinero en mano, tenía lo suficiente para alguna de las entradas al concierto. Hasta que la nación de “la fila virtual” atacó. El mensaje “boletos no disponibles” pone fin a la gesta de este muchacho por ver a don Bad Bunny. Por cierto, el video tiene 5.2 millones de visitas y fue replicado a diestra y siniestra por la prensa. Como dice el dicho: “se quedó sin el pan y sin el queso”. Aunque suene feo, hay que admitir que cosas así es por las que pago internet. Para alegrarme el día con las tonterías de otros.
Francamente, hay otras formas de ir al concierto de alguien que no impliquen sacrificar un carro. En especial con lo caro que es ahora comprar un auto, sea usado o nuevo. Mientras reímos un poco de la desgracia de este joven y su intento fallido por ver al “cantante”, sólo me resta decir que al menos aquel Tsuru pasó a buenas manos. Y al final del día, este personaje aún puede reemplazar a su auto. O despilfarrarlo todo intentando ir a otro concierto de Bad Bunny. Me inclino por lo segundo, a juzgar por las juventudes de ahora.
