De manera silenciosa, Royal Enfield está pasando por un cambio generacional y la Bear 650 es una de las consecuencias de esa evolución. Junto a la nueva Himalayan y la GRR 450, la Bear 650 apunta a un público nuevo y por eso ofrece una experiencia diferente. Esta moto tiene parentesco con la honorable Interceptor, pero recalcula toda la receta para convertirla en un homenaje a Fast Eddie.
Para entender a la Roya Enfield Bear 650 hay que entender la historia de Eddie Mulder, quien a los 16 años y con nula experiencia ganó la Big Bear Run. Se trata de una carrera de tipo hare and hunt, o de liebre y perros para que lo entienda mejor. Es básicamente una carrera off-road sin reconocimiento previo de la ruta y a través de trochas sin preparación en la que todos los pilotos arrancan a la vez. Algo semejante al arranque en la playa del rally Dakar, pero con más salvajismo hasta llegar a la meta. Por esa victoria a bordo de una Fury 500, Mulder se ganó el título de Fast Eddie. Además, se forjó una leyenda junto con la marca india.
Un digno homenaje
La historia detrás de Fast Eddie y su Fury 500 es la inspiración para la Royal Enfield Bear 650. Sin embargo, semejante historia no podía celebrase solo con una moto de estilo scrambler como la Scram 411. Esta vez se tomaron las cosas en serio y construyeron una autentica scrambler, siendo esta la quinta moto en utilizar el bloque twin de 648 cm3. Tomaron lo que ya tenían con la Interceptor y lo mejoraron tanto como pudieron. Por eso, ese mismo motor sube su torque de 52.3 a 56.3 Nm, una mejora del 8% en toda la curva de potencia, que se mantiene en 46.8 HP. La caja es sencilla de 6 marchas con embrague multidisco, que para fines prácticos no tiene asistencias como el quickshifter.
La suspensión de la Bear 650 también es un punto disruptivo, pues usa un esquema diferente a lo conocido en Royal Enfield. Para empezar todo el sistema está firmado por Showa, pero no es ajustable. En este caso se esforzaron mucho en tener una configuración que funcionara para caminos destapados, pero que a la vez fuera firme y responsiva. La horquilla telescópica frontal es invertida con una apertura de 43 mm y un recorrido de 130 mm. En el eje trasero aun apuesta por el viejo sistema de amortiguadores gemelos que solo mantienen el típico ajuste manual de rigidez con 115 mm de recorrido. La configuración de este sistema es más rígida que el de la Interceptor y por eso tuvieron que reforzar el chasis para lograr una respuesta más sólida.
La escencia de la scrambler

El tratamiento off-road de la Bear 650 es completo, al punto de equipar llantas de uso mixto de marca MRF. Las ruedas son de radios con uso de neumático en medidas de 19″ adelante y 17″ atrás. Además el manillar es el mismo de la Interceptor, pero está rotado hacia adelante. La idea es que la moto sea más cómoda de manejar de pie en terrenos destapados.
Otros detalles que demuestran la preparación de la Royal Enfield Bear 650 respecto a la Interceptor está en su despeje al suelo, que pasa de 174 mm a 184 mm. Además, el escape ahora es más compacto y de una sola salida para ambos cilindros. Con ese detalle ahorran 4 kilos, ubicando el peso en orden de marcha en 214 kilos. El detalle final es el Tripper Dash, el tablero digital circular que se estrenó en la Himalayan 450. Esta es suficiente evidencia que la Bear 650 no es solo una moto bonita, sino que tiene una autentica preparación para correr en el desierto. Esta scrambler es lo que necesita si no gusta de los estilos radicales de las motos de enduro o de motocross.
