¿Recuerda las pruebas que colocaban en clase de educación física? Como aquella que consistía en hacer sentadillas al compás de un reloj o correr alrededor de la cancha de fútbol por una o dos horas. Ahora imagine una prueba del mismo estilo, pero para un auto deportivo. Eso fue lo que justamente Porsche hizo con el nuevo 911 GT3, al realizar una prueba que consistió en rodar a no menos de 300 km/h, por más de 5000 kilómetros sin parar.
Hay autos exóticos, entre ellos ciertos Porsche, que jamás en su vida superarán 5000 kilómetros de recorrido; y mucho menos se acercarán a la velocidad que el 911 GT3 tuvo que mantener en la prueba. Incluso, hay carros que ni siquiera logran recorrer esa misma distancia durante un año. Así que bravo, Porsche. No todos los fabricantes son así de determinados al momento de asegurarse que sus productos sean confiables y cumplan las expectativas. Y por lo visto, el Porsche 911 GT3 pasó la prueba y se graduó con honores.
Una faena de velocidad y resistencia
¿Dónde hay espacio para realizar semejante prueba? Resulta que casualmente Porsche es dueña del Circuito de Nardo, en Italia. Esta es una instalación que, entre sus muchas amenidades, posee un óvalo de 12.5 km, diseñado para pruebas de velocidad máxima. Fue allí donde el Bugatti Veyron superó los 400 km/h hace unos años.
Pero sostener esta velocidad constantemente por tanto tiempo no es tarea fácil. La primera preocupación es la más lógica: gasolina. Por tal motivo el vehículo de prueba sólo se detuvo para repostar cada vez que fuera necesario. Y como recorrer 5000 km a una velocidad constante de 300 km/h tomaría aproximadamente unas 17 horas, hacer cambio de piloto es casi que un requisito, como si fuera una carrera de Le Mans. Creo que es apropiado declarar: misión cumplida, Porsche.
Luego de más de 400 vueltas alrededor del circuito de Nardo, y ninguna falla mecánica, el Porsche 911 GT3 demostró su confiabilidad y prestaciones durante la prueba. Y Porsche no esperaba nada menos, porque en palabras de ellos, el GT3 debía cumplir con esta tarea de forma “perfecta”. Y no sería la única prueba a la cual sometieron al 911 más «top».
Precisión y calidad alemana
Verán, los alemanes son personas perfeccionistas. Todas sus creaciones deben funcionar como “un relojito”. Por tal razón, además de poner a un 911 GT3 a dar vueltas por horas, tenían que estar más que seguros que el paquete aerodinámico funcionara a la perfección. En el caso del motor, este debía ser fiable y robusto en todo momento y situación.
Para asegurarse que su deportivo cumpliera con los estrictos estándares alemanes, el 911 GT3 se sometió a más de 160 horas en el túnel de viento; durante 700 simulaciones distintas para ajustar a la perfección el componente aerodinámico. Con la máxima carga aerodinámica, el 911 GT3 generó 150% más de carga respecto a su predecesor, aseguró Mathias Roll, ingeniero aerodinámico de Porsche.
El motor no se salvó de las pruebas. El boxer de seis cilindros, 4 litros y de 502 caballos de potencia pasó 22.000 horas conectado a un simulador que literalmente, le sacó el jugo al corazón del GT3 a lo largo de diversas pruebas, muchas de ellas con el acelerador a fondo. En pocas palabras, el motor del Porsche 911 GT3 está listo para soportar hasta el conductor más inexperto o “pata brava” como dirían por ahí.
Claro está, que todas estas pruebas y fiabilidad tienen su costo. Si usted, inexperto o no, quiere hacerse a una de estas joyas, necesitará tener $163.000 dólares en su cuenta. Pero tendrá la confianza que Porsche hizo su tarea y le entrega las llaves de una “nave” que estará feliz de conducir al límite todo el día sin dolores de cabeza.
