Si alguna vez siente que la fortuna no le sonríe y que el mundo está ensañado en contra suya, acuérdese de esta nota. Un Corvette que estaba instalado en el elevador de un taller cayó estrepitosamente y sufrió bastantes daños. Lo más trágico del caso es que no era en un taller oficial, o al menos eso parece, y de todas formas quedó grabado. Cabe acordar que determinar quién pagará los daños del Vette va a requerir de negociaciones hostiles. Pareciera que estos deportivos están condenados a una vida corta, porque no es la primera vez que algo así pasa. Tal como los Mustangs cuando se enfrentan con alguna curva, con contadas excepciones.
La física no perdona nada
El video en cuestión se grabó en alguna parte de Estados Unidos, país donde les encanta hacer las cosas con sus propias manos. En la grabación se ve un Chevrolet Corvette C6 puesto en un elevador y a un mecánico trabajando en la parte de adelante mientras está solo. De un momento a otro, toca algo y todo el auto se va hacia atrás y cae de cola. Lo peor de todo es que cuando rebota, los brazos del elevador quedan justo en los guardafangos y los arranca cuando el auto termina de caer.
Ahí es cuando nos damos cuenta de que el problema fue que el motor no estaba colocado. Cuando levantaron el Corvette quizá estaba puesto y el peso estaba bien distribuido. Sin ese elemento, todo el peso se va hacia atrás y el auto queda muy mal balanceado. Bastó un pequeño toque para que el centro de gravedad se fuera hacia atrás y el Vette cayera al suelo. Al ver el desastre, al mecánico no le quedó más que salir de allí a reportar lo que había pasado. Al menos un par de gritos sí le cayeron.
Un problema recurrente
Lo curioso del caso es que esta no es la primera vez que un Corvette se daña en el elevador de un taller. En marzo de este año, un flamante C8 Stingray también se cayó mientras le estaban haciendo unos arreglos. En este caso parece que no sabían que el motor estaba atrás y la física hizo lo suyo. Otro caso ocurrió a mediados del año pasado y el problema fue el mismo, salvo que el problema fue que pusieron los soportes en algunas partes bajas de la carrocería que no soportaron el peso. Echarle mano a un Corvette tiene su ciencia, así que es mejor dejárselo a los profesionales.