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Cuando uno quiere mucho su carro, es natural tenerle miedo a dejarlo parqueado en la calle así sea cinco minutos. Puede pasar cualquier cosa: lo pueden rayar, lo pueden estrellar, lo pueden mirar mal…o hasta peor. En estos días el temor de muchos se hizo realidad para un desafortunado conductor que parqueó su carro en una calle de Detroit y, cuando regresó, encontró su Corvette C8 sin llantas y sobre dos bloques de concreto. Lástima, y pensar que Chevrolet solo cobra US$90 por las tuercas de seguridad para los rines del Corvette Stingray…

¿Unidad oficial o dueño privado?

Este peculiar incidente fue reportado por un anónimo a la redacción de Motor Trend y Car & Driver. Según los reportes, el carro estaba ubicado en West Village; uno de los barrios más históricos de Detroit, pero no por eso menos inseguro. Algo extraño que salta a la vista es que el carro no tiene placas del fabricante, pero es bastante improbable que el Corvette C8 que se quedó sin rines pertenezca a un particular. Y es que piénselo, el Corvette C8 todavía no está oficialmente a la venta y su producción sufrió retrasos causados por el conflicto entre General Motors y el sindicato United Auto Workers.

La realidad, según le explicó el gerente de comunicaciones de GM Kevin Kelly al diario Detroit Free Press, es que se trataba de una unidad de pruebas matriculada con placas regulares a nombre de la compañía. Kelly explicó que era normal que los ingenieros llevaran los carros de prueba a sus casas en el transcurso del periodo de pruebas. Sin embargo, él rehusó dar más detalles sobre la fecha exacta del suceso o sobre los daños ocasionados al vehículo.

Peor que en los rines…

Considerando el costo de las llantas de un Corvette Stingray y tomando como ejemplo el costo de los rines Trident opcionales en el C8, estimamos que el daño puede rondar los US$2.500 dólares. Bueno, eso asumiendo que lo único que haya que remplazar son los rines y las llantas, pero lastimosamente no parece ser el caso. Los delincuentes fueron tan mala leche que dejaron el Corvette apoyado sobre dos simples bloques de concreto, dejando que la sección trasera del carro golpeara el suelo.

Ahí ya nos tocaría empezar a cotizar faldones laterales, discos de freno y rogar a los cielos que ahí pare la factura. Nada de raro tendría que el chasís se haya afectado irreparablemente. Es una situación bastante lamentable, no solo porque es un crimen, sino porque es un crimen estúpido: ¿quién va a comprar los rines y las llantas de un carro que todavía no está a la venta? ¿Cómo va a venderlas? ¿Poner una publicación en Facebook ofreciendo unos rines que medio mundo reconocería en un instante y sabría inmediatamente de donde salieron?

Alejandro Ramirez Pulido
Redactor Web de la revista Fuel, corredor amateur y bicho raro de tiempo completo.

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