El Bugatti Chiron está en sus últimos días, pero no podía irse sin una versión particularmente más extrema que todas las demás: el Super Sport 300+. Así es, ese legendario nombre ha vuelto a escucharse después de haber roto el controvertido y no oficial récord de velocidad de 490,484 km/h. Ese es un tema espinoso y largo de tratar, así que es mejor que lo lea aquí para que sepa a fondo lo que pasó con ese logro. Lo que importa aquí es que las primeras 8 unidades del Super Sport 300+ ya están listas para entregarlas a sus clientes después de 2 años de ajustar detalles.
Una bestia de 490 440 km/h
Lo primero que hay que saber del Bugatti Chiron Super Sport 300+ es que no es el auto de producción más rápido del mundo. Ese título se lo ganó el SSC Tuatara a punta de pruebas y escándalos con una velocidad de 455 km/h. El Super Sport 300+ que llega a producción no puede alcanzar esa velocidad, ya que viene limitado a 440 km/h. No faltará el dueño alocado que tome una de las 30 unidades que se van a fabricar y le quite el limitador para superar esa velocidad. Aunque a 3,5 millones de euros por unidad, me lo pensaría 2 veces antes de modificarlo.
Sea como sea, el Bugatti Chiron Super Sport 300+ demoró 2 años en salir a producción. Más o menos lo mismo que demoró el Divo, aunque de este modelo se entregaron todas las unidades al mismo tiempo. La razón de la demora es que estaban afinando todos esos pequeños detalles para hacer el hiperauto más extremo de la casa de Molsheim. Podemos empezar por los 1.600 HP que produce el motor W16 de 8 litros. Eso son 100 HP más de los que produce el Chiron normal y eso es solo la punta del iceberg.
Un cuerpo modelado para la velocidad
El Bugatti Chiron Super Sport 300+ aún conserva esa carrocería que es capaz de rozar los 500 km/h. Es 25 cm más largo que un Chiron normal para que el flujo laminar de aire pase por más tiempo sobre el hiperauto. Además, reduce la pérdida aerodinámica en un 40%. Las cortinillas a los lados del parachoques trasero disuelven el exceso de presión a los costados a altas velocidades. Lo mismo pasa con las salidas de aire detrás de los guardafangos y, adicionalmente, generan más carga aerodinámica. Básicamente, está construido para usar el aire a su favor cuando está acelerando a fondo, algo que no es tan fácil a altas velocidades.
La otra limitante que tiene el Bugatti Chiron Super Sport 300+ es la personalización. En lugar de darle una paleta casi ilimitada de opciones de pintura, Bugatti le ofrece este modelo solo en color negro azabache con las franjas de carreras naranjas. La fibra de carbono del cuerpo está expuesta bajo la pintura para completar el efecto, Parece contradictorio, pero si mira de cerca las imágenes lo entenderá mejor. Finalmente, las ruedas están acabadas con un color personalizado llamado Nocturne. Si quería un hiperauto para correrlo y no para lucirlo, ya es muy tarde, pues todas las unidades ya están vendidas y apenas las están entregando.
