Este tema es un poco complicado, así que antes de pasar al problema central, tenemos que explicar algunas cosas. ¿Recuerda cuando decíamos que Colombia tenía el combustible más costoso de Latinoamérica? Pues eso dejó de ser verdad cuando Rusia disparó la primera bala hacia Ucrania. A partir de ese momento, el precio del petróleo se ha disparado de manera vertiginosa, pero en Colombia, la gasolina no ha subido tanto y hoy tenemos la tercera gasolina más económica de la región. Esto debemos agradecérselo a una de las pocas medidas gubernamentales que agradecemos, el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).
Esta entidad utiliza recursos públicos para subsidiar los precios de la gasolina corriente y el diésel. Funciona como un subsidio, pero solo amortiza el precio de los combustibles cuando el valor del petróleo está muy alto. Cuando el precio del petróleo baja, el FEPC recupera ese dinero y por eso el precio del combustible no baja. Quizá recuerde que cuando el mundo estaba en cuarentena, el precio del petróleo bajó tanto que los países tuvieron que limitar su producción. La razón es que no había consumo de combustibles porque todos estábamos encerrados en la casa, pero el precio de la gasolina y el ACPM en Colombia no bajó como se esperaba. Ese efecto era el FEPC recuperando dinero al vender combustible caro con un petróleo económico.
Ahora sí, al meollo del asunto
Con eso claro, debe saber que el precio del petróleo ha subido tanto que el FEPC tiene un hueco fiscal de 11,7 billones de pesos. Este déficit se suele llenar cuando el precio del crudo baja, pero la guerra y las sanciones a Rusia no han dejado que los precios caigan. El Ministerio de Minas y Energía, así como el de Hacienda están utilizando recursos públicos para llenarlo y mantener los precios, pero esto no es sostenible. Es por eso que el ministro de Hacienda, Juan Manuel Restrepo, está alistando un borrador para cambiar la fórmula del precio de los combustibles y así llenar ese hueco fiscal.
En síntesis, este “proyecto” busca que los precios de la gasolina corriente y el diésel se ajusten al precio internacional de manera gradual. ¿Ha visto los precios en las gasolineras? ¿Ha notado la diferencia tan grande que hay entre la corriente y la extra? Pues esa diferencia se debe a que la gasolina extra se rige por el precio internacional del petróleo, mientras que la corriente está controlada. Con este borrador, el valor de la gasolina corriente y el diésel subirán progresivamente para ponerse al nivel internacional. Algunos cálculos apuntan a que la corriente estaría a $16.000 por galón. Y pensar que antes nos quejábamos porque la gasolina Extra estaba a ese mismo precio.
El efecto dominó
Ahora, no somos economistas ni pretendemos serlo, pero el FEPC es más importante de lo que imagina. En los últimos días es noticia el tema de la inflación, ya que todo está notablemente más costoso. Especialmente los alimentos, por el precio de los agroquímicos, cosa que también tiene que ver con la guerra ruso-ucraniana. Ahora, si el borrador para modificar el FEPC se vuelve decreto, el diésel y la gasolina subirán de precio en Colombia, lo que subirá el precio de pasajes y productos transportados hasta que el sobrecosto llegue al consumidor final. Básicamente, si la gasolina y el ACPM se vuelven más caros, también lo hará la papa y el arroz que tiene sobre la mesa.