Como ya hemos visto, a Porsche le encanta celebrar y conmemorar su historia cada vez que puede. Lo vimos con el Targa Edición 50, el 911 Sport Classic y hasta el 911 GT3 RS. Pero nada se compara a la Carrera Panamericana, competencia en la cual Porsche comenzó a cimentar su reputación, y por eso reveló en México un 911 único en su tipo. En concreto, uno inspirado en el primer Porsche que completó la Carrera Panamericana de 1952.
Claro, muchos aquí no estaban vivos para experimentar esa competencia, así que permítame darle algo de contexto. Esta carrera nació en México y literalmente cruzaba la nación de lado a lado, convirtiéndose en un evento muy popular en la década de los 50. Pero los altos riesgos y muertes, así como el desastre de Le Mans en 1955, condenaron a la competencia. Para Porsche la competencia es tan relevante, que sus modelos Carrera y Panamera deben su nombre a la competencia.
Otra carta de amor de Porsche a México
Sin embargo, este no es cualquier 911, porque es una unidad única en su tipo comisionada por Porsche Manufaktur y Porsche México que recuerda a uno de los competidores de la Carrera Panamericana. En concreto, el 356 S marcado con el número 11 de Paul Alfons von Metternich y Manuel Antonio de Teffé, quienes fueron el primer Porsche clasificado en la edición de la competencia de 1952.
El anuncio del Porsche 911 Carrera Panamericana Special se da un par de días antes de la edición moderna de la carrera, que aún atraviesa México e irá de Veracruz hasta San Luis Potosí. Sólo se construyó esta unidad, que será subastada por causas benéficas el próximo año, justo como el también mexicano Turbo “One of a Kind”.
Combinación única
¿Qué diferencia al Panamericana Special de otros 911? Para empezar, su diseño externo, con un flamante color azul oscuro y el número 11, los mismos del 356 S de la carrera de 1952. Su techo convertible es gris graffiti, un color único que no aparece en ningún otro 911 Carrera descapotable, y cuya lona proviene de un Boxster. La parrilla trasera del motor es blanca, al igual que el 356 al que rinde tributo.
Los rines son de un 911 Turbo y portan el mismo color azul geneciana del exterior, con acentos grises y mordazas de los frenos en negro esmaltado. Hay una calcomanía de la Carrera Panamericana, y las luces de cortesía de las puertas proyectan la matrícula del 356 original, con su número 11.
Para finalizar, el interior luce una mezcla de gris pizarra y crayón, con acentos azul grafito en los logos de la Carrera Panamericana y el año 1952. Hasta el clúster de instrumentos tienen acentos blancos y la llave del 911 tiene el nombre de la carrera grabado. Por todo lo demás es un 911 Carrera S convertible “normal”, con 444 hp y 530 Nm de torque. Porsche nos dice que esta combinación de piezas, colores y fuente del número es única, así que nadie podrá replicarla en algún otro 911 personalizado.