No crea que el título es clickbait o algo así, ya verá por qué. Pero iniciemos con lo básico: Dodge no solo vende autos, también motores por catálogo y aprovechó el espectáculo de SEMA para presentar una nueva opción. O debería decir opciones, porque son dos sabores de potencia con olor a gasolina y todo el ruido que el Charger SRT eléctrico desearía tener.
A uno de estos motores de Dodge ya lo conocemos, y es el Hellephant, unidad que probablemente está en algún otro auto de SEMA. Este propulsor se actualiza con cuatro variantes en diferentes incrementos de locura, cuya versión más “domesticada” tiene 900 hp. ¿La segunda opción? Es el motor Hurricane de Jeep, que ahora aparece como una alternativa a los extremos V8 HEMI de Dodge.
Diseñados para los entusiastas
¿Por qué Dodge desea mantener con vida al motor Hellephant? Sencillo, para espantar a los ambientalistas y demostrar que nada tiene más torque que un buen V8 americano con un supercargador ridículo. El motor Hellephant viene en presentaciones de 900, 1000 (o más) hp y la más extrema versión A170 que promete potencias en exceso de los 1100 caballos. Completamente absurdo e innecesario, pero para los amantes del 1/4 de milla y los muscle cars, es un sueño hecho realidad.
En el otro lado del espectro está la opción HurriCrate, para quien prefiere la superioridad de un seis en línea turbocargado por encima de un V8. Dodge lo complace con este “2JZ americano” en dos sabores: uno con 420 caballos de potencia, y el segundo con 550 equinos galopantes. Planes para una variante de carreras (Cat X) que exceda los 1000 hp están también sobre la mesa de Dodge.
Junto a estos motores la marca también ofrece transmisiones más robustas automáticas y manuales; así como convertidores de torque para manejar tanto poder (en especial en una pista de cuarto de milla). El motor Hellephant acepta etanol E85 y todos sus componentes están reforzados para resistir modificaciones y más poder. Sé que no tiene sentido pero nada reemplaza el rugir de un motor convencional, y Dodge a pesar de pasar pronto a la electricidad no dejará de fabricar motores tradicionales para los puristas más acérrimos.
Challenger con demasiado “picor”
Con eso dicho, espero que estos motores (con todo y E85) sean más resistentes que los que moverán al Charger y Challenger final. La cuestión es que ese par de modelos de despedida iban a aparecer en SEMA, pero Dodge citó unos “problemas con sus motores”. Y con problema me refiero a que fallaron espectacularmente y explotaron en la cara de sus ingenieros.
Ello implica que Dodge estaba experimentando con una variante mucho más absurda que el Hellephant, o intentaron combustible para cohetes con resultados explosivos. Un vocero de la marca asegura que “el problema ya fue resuelto y será una anécdota graciosa en el futuro”, así que no contenga mucho su respiración por lo que pueda ofrecer el Challenger Final. En especial porque podría estallar de la nada como un teléfono de Samsung.