Luego de dos clasificaciones y una “mini carrera”, le madrugamos al evento principal de F1. Checo Pérez nos recordó por qué lo conocen como un especialista en circuitos callejeros, logrando su segunda victoria en Baku y convirtiéndose en el primer piloto en repetir triunfo en el GP de Azerbaiyán. Verstappen no pudo con su compañero y aceptó con honor un segundo puesto, y Ferrari por fin tuvo algo que celebrar con el tercer lugar de Charles Leclerc.
De forma anticlimática para todos menos Checo Pérez, el GP de Azerbaiyán este año fue atípico. En contraste a la locura que suele darnos Baku, esta carrera fue extremadamente calmada, casi de manual para todos los equipos. Pocos accidentes, pocos rebases y dominio de Red Bull. No queremos decir que fue muy aburrida, pero sí le faltó “el sabor” y caos que suele atraer el circuito callejero de Baku.
Un inicio ordenado pero emocionante
El inicio fue aún más organizado que el de la carrera sprint que ganó Pérez, algo poco característico cuando se trata del Gran Premio de Azerbaiyán. Usualmente la primera curva es amiga del caos, y los muros de Baku suelen cobrar sus víctimas luego de la largada. Charles Leclerc tuvo el inicio de su vida y sostuvo al Red Bull de Verstappen por cuatro vueltas, hasta que el DRS fue activado. Ahí nada que hacer para los Ferrari, porque ese Red Bull está en otro planeta, y casi de inmediato Pérez también rebasó al monegasco.
Más abajo en el orden Stroll fue uno de los pocos en ganar posiciones al inicio, mientras Bottas y Magnussen hacían contacto, por fortuna sin consecuencias. Muchos equipos entraron a los pits bastante temprano, abandonando las gomas medias por las duras. Cuando la batalla entre Verstappen y Pérez comenzaba a pintar muy bien, Nyck de Vries causó un auto de seguridad. Max decidió entrar a pits primero, pero Pérez fue el gran ganador al parar bajo la bandera amarilla.
Cuando la carrera reinició en el giro 14, los más beneficiados fueron Pérez, los Ferrari y Aston Martin, que saltaron a todos aquellos que pararon antes del auto de seguridad. La realargada nos dio un par de bellos adelantamientos: Verstappen sobre Leclerc y Alonso sobre Sainz. Y así las cosas se calmaron por un buen rato.
La procesión de Baku
Con un buen rato nos referimos hasta el final de la carrera, porque ambos Red Bull se alejaron a su antojo. Verstappen intentó cerrar la brecha ante su compañero, pero Pérez aparentemente es invencible cuando se trata del GP de Azerbaiyán. Más abajo en el orden casi nadie pudo hacer adelantamientos, fuera del inicio y rearranque. En serio, la combinación aerodinámica hizo que gran parte de la carrera fuera una procesión, como Hamilton atrapado detrás de Sainz por 15 vueltas. Lando Norris, quien rescató un 9° lugar, fue el único que pudo, y eso fue porque Hülkenberg no había parado y sus llantas perdieron todo el agarre.
Lo más impactante ocurrió al final, cuando los fotógrafos, oficiales y mecánicos se alistaban para la última vuelta, y Ocon de la nada entró a pits. Alguien será multado y probablemente sea el piloto francés, conociendo su suerte. Los puntos los completaron Alonso en cuarto, seguido de Sainz, Hamilton, Stroll, Russell con vuelta rápida, Norris y Tsunoda. En cuanto al campeonato, cada vez nos queda más claro que Red Bull es intocable. La pregunta es: ¿será Checo capaz de mantener la pelea todo el año?