Cuando Nissan reveló hace dos años una nueva generación de su deportivo Z, todos los entusiastas aplaudieron su diseño retro y el hecho que tenía transmisión manual. En estos tiempos de “transmisiones más rápidas” y sistemas electrónicos que se roban algo de la experiencia de manejo era una bocanada de aire fresco tener un deportivo con cierto aire “vieja escuela”. La emoción por un modelo NISMO del Nissan Z era, lógicamente, bastante alta. Y la gente de Nissan cumplió, salvo por un pequeño detalle.
Cualquier modelo con el sello NISMO es más veloz, enfocado al placer de conducir y de llevar al límite un auto y el Nissan Z no es la excepción. No tiene un alerón descomunal como el GT-R NISMO, pero este Z tiene una dosis balanceada de agresividad sin exageración y más desempeño de fábrica. El problema es que alguien en NISMO decidió que la transmisión manual de seis marchas del modelo base no era digna de estas mejoras.
Un Z enfocado en el manejo agresivo
La misión del Nissan Z NISMO es enfocar las capacidades del Zeta para ser un juguete en pista sin arruinar su usabilidad en la vida cotidiana. Es básicamente un auto de fábrica modificado con lo esencial: suspensión, frenos, un bodykit, sillas con mejor sujeción lateral y motor sutilmente mejorado.
NISMO comienza con frenos de disco más grandes, con rotores de 380 mm adelante y 350 mm atrás y pastillas de freno más duraderas y resistentes al uso extremo. En cuanto al calzado, los rines RAYS de 19” son más ligeros y lucen gomas Dunlop SP Sport más anchas para aprovechar cada gota de agarre.
El siguiente paso es la suspensión, con amortiguadores rediseñados y resortes más rígidos en pro de la maniobrabilidad. Las barras estabilizadoras son más grandes y NISMO reforzó el chasis para incrementar su rigidez torsional. Hasta la dirección es más directa y precisa.
Finalmente está el cambio en el motor, el cual recibe un sistema de refrigeración de aceite para “uso extenso en la pista”. NISMO también jugó con la presión del turbo y la chispa de la ignición para exprimir 20 caballos de potencia más, es decir 420 hp en total. El torque también se elevó d e 475 a 520 Nm. El toque final está en la transmisión secuencial de 9 marchas, con un embrague más duradero y cambios electrónicos que añaden un modo Sport+, control de lanzamiento más veloz y cambios de marcha más rápidos.
Lo estético también cuenta
En cuanto a su aspecto, el Nissan Z NISMO luce un bodykit que no solo es estético, ya que altera las características aerodinámicas del auto. Inspirado en el aspecto aerodinámico del Datsun 240ZG, el splitter frontal dirige de mejor forma el aire hacia la parrilla, mejorando la refrigeración del motor y los frenos delanteros. Pequeñas aletas a los costados del splitter alejan el aire de las ruedas, reduciendo la turbulencia alrededor de estas.
Una línea roja recorre toda la sección baja del bodykit, culminando en la defensa posterior. Aquí el techo fastback culmina en un sutil spoiler, y cabe mencionar que todo el techo es negro en este modelo deportivo. Dos logos de NISMO decoran de forma discreta la parte frontal y defensa trasera.
En el interior hay sillas tipo cubo Recaro con con cuero y Alcántara roja con negro al igual que inscripciones NISMO en los apoyacabezas. El volante también recibe este último material, y elementos como el botón de arranque o gráficos en la interfaz reciben acentos rojos para recalcar que este es un modelo NISMO y no un Z cualquiera.
El dilema de la transmisión
Antes de terminar, la gente de Nissan nos dio una explicación respecto a la elección de transmisión. Hiroshi Tamura, especialista de producto del Nissan Z y GT-R, explicó que un Z NISMO con tres pedales hubiese sido más lento que uno normal.
Según Tamura, un Z NISMO con la transmisión manual no tuvo la misma aceleración de 0 a 100 km/h que un Z automático normal. Nissan quería algo verdaderamente rápido y enfocado en el desempeño que se diferenciara del Z estándar, así que optaron por hacer de la transmisión automática la única opción, mejorando sus reglajes y fabricando otras excusas para provocar la ira de los entusiastas.
Sea verdad o no, muchos esperaban el tratamiento NISMO con tres pedales, y en un mundo donde la transmisión manual experimenta un pequeño resurgir, Nissan no tuvo reparos en dividir potencialmente a su clientela.
Para aquellos que prefieren un Z con cambios reales, al menos el catálogo de NISMO existe. También infinidad de preparadores para cocinar un deportivo igual o superior al Nissan Z NISMO sin comprometer su comodidad ni su transmisión.