“Cuando dude solo pise a fondo”, ese era el mantra de Colin McRae y una de las enseñanzas que nos dejó luego de su triste fallecimiento hace 16 largos años. La leyenda de rally compitió bajo los colores de Ford e incluso Citroën, pero todos lo recordamos por sus años dorados con Subaru. El hombre fue clave en el éxito que tuvo la marca japonesa en el mundo del rally y se nota. Parte de ese éxito fue la creación del Subaru Impreza 22B, un modelo que celebró esas victorias en el WRC y que tuvo la influencia del buen Colin McRae.
Naturalmente Subaru le regaló uno de esos ejemplares al legendario piloto escocés, y aquí lo tiene. Entre todos los Impreza 22B, por sí solo el santo grial para los fanáticos de Subaru, el que perteneció a Colin McRae es el más codiciado. Es como si Jesús mismo bajara del cielo, condujera un Impreza y luego lo dejara en manos de los coleccionistas, así de importante es aquel ejemplar.
Dos leyendas del rally juntas
El Impreza 22B nace para celebrar el tercer campeonato al hilo de Subaru en el WRC, con Colin McRae como piloto, al igual que los 40 años de la marca. Partiendo de un Impreza WRX STi coupé, el 22B lucía guardafangos ensanchados, un frente más agresivo, alerón ajustable, suspensión Bilstein, embrague de cerámica y el clásico azul de Subaru. El toque final era su motor EJ22 con 276 caballos de potencia y una transmisión con reglajes más cortos. Aunque esa figura de potencia seguramente era más baja que la real.
400 ejemplares se produjeron para Japón únicamente, con 24 unidades adicionales para el resto del mundo modificadas por Prodrive. Este 22B no es ninguno de ellos porque es un prototipo, la unidad 000 de 400 que le fue entregada personalmente a McRae. Si quiere llevar cuentas son tres los prototipos con ese serial 000, pero este en particular fue el que perteneció a la leyenda del rally.
El Impreza 22B será subastado por Motorsport Auctions en Inglaterra, en un evento que se celebrará este fin de semana en Silverstone. Alguien pagará una fortuna por este ejemplar, que no solo está en inmaculado estado, sino que también tiene el peso de Colin McRae sobre sus hombros. Lo hemos dicho antes y lo diremos de nuevo: lo que nos falta es ganarnos la lotería para disfrutar de caprichos automotrices como este. Y quizá replicar el mantra de McRae al inicio, pero con responsabilidad para no arruinar esta pieza importante en la historia de Subaru.