Cuando piense que los vehículos modernos son grandes, solo basta que mire al pasado. La Chevrolet Suburban toda su vida fue enorme, con espacio quizá para tres familias en su interior, y con el toque del restaurador Icon se transforma en algo más. Algo muy estadounidense, con cantidades copiosas de potencia y un V8 escandaloso al frente.
Esta pieza de “hierro americano” se llama Reformer, o “el reformador” que suena a película olvidada de Jean Claude Van Damme o Steven Seagal. Inició con una Suburban de 1970, la cual fue transformada de cabo a rabo preservando su forma original pero con todo, desde la mecánica hasta el interior renovados por completo.
Por cierto, la Chevrolet Suburban es uno de los modelos más longevos de la historia, y su historia se remonta a 1935, casi 100 años.
Preservando su apariencia
De acuerdo a Jonathan Ward, fundador de Icon, este proyecto que transformó una Chevrolet Suburban es su favorito. Solicitada por un cliente como un vehículo único, “Reformer” es una Suburban que por fuera parece casi de fábrica, pero con cierta simpleza cortesía de menos embellecedores y molduras en cromo presentes en el modelo original.
Icon cambió las manijas de las puertas, haciéndolas más elegantes e incluso imprimiendo las iniciales del dueño y su familia en ellas. La parrilla es hecha a la medida con aluminio pulido, los rines son de HRE con una forma aerodinámica de turbina y los biseles alrededor de las ventanas fueron oscurecidos. Un detalle que se dejó de serie son sus defensas cromadas, para mantener esa apariencia de vehículo clásico de los sesenta.
Otra modificación fue la inclusión de una cuarta puerta de acceso, ya que la Suburban original solo tenía tres. En su cabina encontramos butacas de cuero, indicadores modernos y acabados en acero o aluminio pulido. De nuevo, todo muy elegante, engañando al ojo casual respecto al absoluto monstruo que respira bajo el capó.
V8 bestial made in the USA
La Chevrolet Suburban en 1970 usaba desde motores seis en línea hasta V8 de 5.7 o 6.6 litros, pero eso a Icon le pareció muy poco. El preparador optó por un V8 de General Motors moderno (LS), cuyo desplazamiento fue aumentado a 7 litros y se le agregaron dos turboalimentadores por Nelson Racing Engines. El resultado son 1.000 caballos de potencia y 1.220 Nm de torque, porque quién necesita un motor eléctrico para producir semejante empuje.
Tanto torque requiere de un chasis reforzado con suspensión independiente, una transmisión automática 4L85 de GM y frenos de disco Brembo. Todos toques modernos que hacen de la Suburban de Icon un vehículo “aplomado” en el tráfico diario.
En efecto, conducir esta bestia a diario y transportar a su familia en ella es arriesgado, pero mientras muchos ruedan en crossovers que se pierden en la multitud, todos notarán este “acero de Detroit” rugir a donde quiera que vaya.
