Nada como convertir a todos los autos en buggys para afrontar cualquier terreno. De aquel Prius off-road llegamos a esto, el legendario Nissan Skyline GT-R R32 transformado en un auto estilo safari bastante interesante. Sí, escuchamos las voces de muchos, indignados por ver que alguien se atrevió a hacerle esto al GT-R. ¿Acaso este no es parte del espíritu de la pasión automotriz? Encontrar los límites para personalizar y mejorar la máquina, con el fin de permitir que el conductor también explore el límite de sus habilidades.
Sea que lo ame o lo odie, no puedo evitar el respeto ante este proyecto. Es obra de un youtuber (Adam LZ), quien decidió crear el primer Nissan Skyline GT-R R32 “Safari”, término que encapsula todo proyecto off-road de esta índole. No es una conversión extrema que involucra el chasis de una pickup y llantas de monster truck ni nada por el estilo: es un Skyline que casualmente puede salir del asfalto sin destruir por completo la parte baja de su chasis, diferencial y todos esos componentes mágicos.
Es más, no es una conversión sin precedente. Nissan exploró la idea de un R32 para rally junto a Best Motoring, pero la idea se quedó en eso: solo una idea.
La furia de Godzilla… ahora lejos del pavimento
El proyecto empezó con un R32 GT-R sin motor, ejemplar abandonado en algún lugar de EE.UU. por alguna razón y que fue rescatado para servir este propósito tan peculiar. Luego de encontrar un motor RB26DETT para preservar la pureza del Skyline, el proyecto comenzó a tomar forma.
Un kit de levantamiento tomó el lugar de la suspensión deportiva del Skyline, duplicando su altura estándar para sortear obstáculos como rocas o pequeñas zanjas. También tiene amortiguadores más resistentes para absorber esas irregularidades, y calzado Nitto Grappler A/T de 17”, adornado con rines RAYS NISMO para, de nuevo, honrar la pureza del R32.
El otro cambio importante fue en el sistema de tracción integral (AWD) del Skyline, el cual recibe un selector para elegir entre 4×2 y 4×4. El motor recibió un nuevo turboalimentador Garrett GTX3576 con ECU programable e intecooler PWR para que el R32 salte de 276 a 500 caballos de potencia. Suficiente para divertirse al máximo en el lodo.
Un proyecto único
Detalles estéticos incluyen un wrap en verde oliva, una rejilla de carga en el techo con luces auxiliares, jaula antivuelco en el interior, guardabarros de un Subaru Impreza y una barra en acero al frente para más protección (e iluminación). No es solo un Nissan Skyline para exhibir, porque el “Safari GT-R” es usado como se debe, lejos de las calles asfaltadas sumergido en barro, arena y agua. Ah, y antes de que lo olvide: Nissan hizo hace poco algo muy similar con el Z, con resultados igual de épicos.
El dueño planea agregar un snorkel, mejores frenos e incluso una suspensión con mayor despeje para aprovechar al máximo las capacidades off-road de este Skyline. Ciertamente es un proyecto único que a grandes rasgos respeta la pureza del R32, pero llevándolo más allá de sus capacidades originales sin arruinar su aspecto ni imagen. Con los precios hoy en día, resulta más plausible hacer un Skyline Safari que encontrar uno de los Porsche 911 Dakar que quizá inspiró este proyecto.
Y sí, muchos se quejarán por esto. A ellos les digo, este GT-R tuvo un mejor destino que muchos otros que terminan destrozados por hacer drift o peor, en manos de jóvenes que los arruinan con modificaciones de mal gusto y sin conocimiento mecánico.