No quiero jugar a ser Nostradamus ni un experto en vehículos eléctricos pero, ¿no tiene la sensación que forzar vehículos eléctricos antes de 2035 es una mala idea? Porque las marcas lentamente están “chocando” contra esa realidad. Jaguar Land Rover, después de declarar que en 2025 darían un salto 100% eléctrico, deciden dar un paso atrás y reconsiderar el motor a combustión por el camino de los híbridos.
No quiero decir que Jaguar Land Rover es el culpable aquí, ninguna marca lo es. Pero, esas normativas de emisiones y objetivos que el mundo quiere imponer en la industria son demasiado idealistas que no tienen en cuenta la ejecución y desarrollo de modelos eléctricos cero emisiones, sin mencionar la recepción que tenga el público a ciertos modelos. Que, hoy por hoy, no es la contemplada porque los consumidores siguen divididos en este asunto.
Reduciendo el voltaje… por ahora
Hace un tiempo Jaguar Land Rover (ahora JLR) debutó un nuevo logo y con ello anunció una fuerte inversión para ese futuro eléctrico que daría inicio en 2025, con los modelos híbridos quedando en un limbo. Al cerrar 2023 y ver que la venta de modelos híbridos de JLR se disparó, el conglomerado inglés decidió replantear algunas de esas decisiones radicales que se proponían.
El jefe de operaciones de JLR, Adrian Mardell, reveló a la prensa europea que “van algo rezagados con esa ambición eléctrica”. No significa que no pasará, simplemente que tomará más tiempo. Ello combinado con las fuertes ventas de sus modelos híbridos ligeros y enchufables lleva a que Jaguar y Land Rover pongan en pausa su futuro eléctrico.
Al final del día son un negocio y deben seguir lo que en este momento vende. Si la demanda por modelos 100% eléctricos no es tan fuerte como la esperada, es válido considerar otros caminos. En este momento Land Rover ya trabaja en el primer Range Rover 100% eléctrico, pero la atención de ambas marcas estará dividida entre la hibridación y la electricidad pura.
Fría recepción a los eléctricos
¿Qué refleja todo esto? Sencillo, que la mayoría de consumidores prefieren un punto medio entre los motores a combustión que todos conocen y la nueva tecnología eléctrica. Aquellos que solo desean un poco de esa electrificación pueden acceder a modelos con hibridación ligera; para aquel consumidor del sector premium que desee más están los Jaguar y Land Rover híbridos enchufables. Si lo piensa, los modelos 100% eléctricos pueden convivir con combustibles sintéticos y la hibridación, al menos ante los ojos del público.
Si lo analiza por un segundo, no es la industria automotriz la que busca forzar la era cero emisiones en forma de vehículos eléctricos. Son las organizaciones ambientales y gobiernos que crean estas metas inconcebibles para las marcas, resultando en este tipo de noticias. Es innegable que el combustible fósil está condenado a desaparecer, pero hay que dar espacio a la innovación para fortalecer las alternativas, sea con hidrógeno, combustibles sintéticos o baterías.
En ese sentido, no se puede condenar a JLR por tomar esa decisión. Una que muchas marcas seguramente seguirán, mientras las regulaciones Euro 7 son replanteadas y la meta de vehículos cero emisiones desplazada a una fecha más “realista”.