Como esa escena del Lobo de Wall Street en la que Jordan Belfort (Leo DiCaprio) anuncia que se va para luego cambiar de opinión, el motor a combustión is not f***n leaving. Tome a Porsche, por ejemplo, marca que está dispuesta a preservar su motor V8 por otra década, muy a pesar de las estrictas leyes de emisiones en Europa.
Y sí, ayuda que Porsche fabrica autos de alto desempeño en menores números que una marca para un segmento más popular. Pero, no es coincidencia que marcas de diferentes tipos e intenciones quieran conservar al motor a combustión como punto intermedio de su portafolio, al punto que siguen desarrollando formas para reducir sus emisiones. Eso es justamente lo que Porsche tiene en mente.
Preservando el espíritu del V8
Es bien sabido que Porsche es uno de los defensores más férreos del motor a combustión. La marca alemana invirtió millones para producir combustible sintético cero emisiones, con la firme intención de utilizarlo a futuro y expandir su uso a otras marcas. Así que no es sorpresa que quieran preservar sus motores a combustión a futuro.
Es más, Porsche está convencida que su motor V8 está listo para las normativas Euro 7 de emisiones. Thomas Freimuth, ejecutivo de Porsche y encargado del desarrollo del Panamera, reveló recientemente la buena nueva que concierne no solo a este modelo, sino a los motores de Porsche en general.
Ocho cilindros listos para la nueva era
Las emisiones no serán un problema para el motor V8 de Porsche, ya que la marca trabaja en pequeñas mejoras y cambios que harán que este V8 sea certificado como Euro 7. Proceso que ni siquiera depende de asistencia eléctrica como el Panamera E-Hybrid, los ingenieros de Porsche lograrían esto con un V8 100% a combustión.
El único detalle que Porsche tendrá que suprimir serán los niveles de ruido que emita este motor. Algo que la marca compensaría con sistemas artificiales como ruidos de escape reproducidos en la cabina, un pequeño desacierto si me lo pregunta porque el solo hecho de tener un V8 en el Cayenne y Panamera basta.
Aunque la brújula de la industria aún apunta a la electricidad como la única solución, claramente las marcas están reduciendo su importancia y prioridad. Primero, porque no todos los consumidores están listos para aceptar los autos eléctricos y porque hay más caminos que explorar, sea hidrógeno, combustible sintético u otras posibilidades, para el futuro del automóvil.