Así como Toyota, Mazda aún cree en los motores diésel. Es cierto, el modelo que aquí ve no usa un motor propio de la marca, sino de Isuzu; pero eso no detuvo a Mazda de presentarnos una nueva actualización de su pickup BT-50.
Claro que la palabra actualización sobreestima los cambios que sufrió la “nueva” Mazda BT-50. Es más bien un retoque cosmético con más opciones y equipamiento para seguir vigentes, en un segmento que es altamente competitivo y que es dominado por Toyota y Ford por estos días.
Sutiles retoques
Recuerde que la Isuzu D-Max y la Mazda BT-50 son gemelas. Hace unos meses conocimos la actualización de media vida de la primera y ahora era el turno de Mazda. Cambios que llegan desde Tailandia, país donde se ensambla tanto la Isuzu como la Mazda, aunque un detalle curioso es que la casa radicada en Hiroshima decide saltarse algunas de las novedades que tuvo la D-Max en su momento.
Inspirado por los modelos Carbon de Mazda, la actualización de la BT-50 reemplaza todo el cromo por acentos negros. Antes exclusivos de la versión SP, ahora adornan a todas las BT-50, además de sumar una placa de deslizamiento frontal más robusta. Pequeños retoques cosméticos en los faros antiniebla y luces traseras también son novedad.
Adentro, los tonos oscuros toman protagonismo, pero las mayores novedades son en equipamiento. La pantalla de 9” ahora integra Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, sonido premium con 8 altavoces, más asistencias activas al manejo al igual que control crucero adaptativo.
Curiosamente, el clúster de la BT-50 es análogo y Mazda no accede al sistema off-road más inteligente, dos detalles que sí recibió la Isuzu D-Max con su actualización.
¿Futuro incierto?
Como toque extra, Mazda lleva a mercados asiáticos el paquete Black Thunder con capacidades off-road mejoradas. Este añade mayor protección al motor y defensa frontal, una barra deportiva en el área de carga, pasos de rueda ensanchados y rines negros de 18” con llantas todoterreno.
Los motores Isuzu diésel no cambiaron, con una versión de 1,9 litros y 148 hp, o una de 3 litros y 188 hp; ambas con transmisiones manuales o automáticas y tracción 4×4.
Con esto dicho, quizá sea la última actualización de la pickup de Mazda, ya que una futura generación está en duda ante la baja popularidad del modelo en mercados australes y asiáticos. Tal vez Mazda siga los pasos de la D-Max y reciba poder híbrido o eléctrico; o quizá la marca se anime a desarrollar una vez más una pickup por su cuenta.