Con todo este asunto de las emisiones, combustibles sintéticos y la electricidad, los autos con motores diésel quedaron “a un lado del camino”. Vehículos de estas características solían mandar en Europa, pero poco a poco fueron desplazados por otras movilidades, al punto que muchas marcas dejaron de producirlos. Pero no Mazda, quienes aún le tienen fe a los motores diésel en el mundo.
Una distinción y es los motores a diésel para autos de pasajeros, segmento que no quiere abandonar Mazda; frente a los vehículos de carga o trabajo donde esos motores aún mandan. Particularmente para pickups y camiones, donde el beneficio del torque sigue siendo superior al de un motor a gasolina o híbrido. Curiosamente la única pickup de Mazda, la BT-50, utiliza motores de Isuzu y no propios.
Hay diésel de Mazda para rato
Recordará que recientemente Mazda desarrolló una nueva familia de motores seis en línea. La mitad de ellos son diésel, con o sin hibridación ligera, y mueven al Mazda CX-60 en Europa y Australia. Seguramente llegarán al CX-80 que podría debutar este año, al igual que otros modelos de la marca. Al respecto el directivo de Mazda Mitsuru Wakiie en una entrevista con CarExpert dejó firme que Mazda “producirá motores diésel por el mayor tiempo posible”.
La marca reconoce que la demanda por estos motores ya no es la misma, evitando que el CX-90 reciba un propulsor de estas características en América. Es por ello que Mazda quiere enfocar su producción a mercados selectos donde aún hay demanda, como Japón, Australia y Europa. Además, no van a perder el desarrollo de esos motores tan recientes tan fácilmente.
El mayor obstáculo son los requerimientos en emisiones, que dictarán hasta dónde llegará Mazda con sus motores diésel. Cuando la inversión por adaptarse a las normas ambientales sea imposible de realizar será el momento en el que Mazda abandone estos motores. Algo que puede suceder más pronto de lo que creen, considerando que Europa se encuentra cerca de aprobar las normativas Euro 7 de emisiones y en 2035 prohibirán los motores a combustión. Tampoco ayuda la caída en pique de estos vehículos en el Viejo Continente, representando apenas un 13% de las ventas de autos nuevos en 2023, muy por debajo de los eléctricos.
