Parece ayer cuando conocimos por primera vez a la Ford Maverick. Esa pequeña pickup del Óvalo Azul que sorprendió no sólo por su tamaño, sino por lo práctica y útil que era como un vehículo familiar y utilitario a la vez. Pues bien, de cara al 2025 la Ford Maverick estrena un rediseño bastante peculiar, con el valor agregado de tracción en las cuatro ruedas.
Es cierto, la Ford Maverick híbrida toda su vida fue de tracción delantera, pero el modelo 2025 recibe el beneficio de llevar su potencia a las cuatro ruedas. Claro, no es para todas las versiones, pero la opción está allí.
Aunque, si tengo que serle sincero y muy subjetivo, esta cirugía de rostro de la Maverick no me termina de agradar. La versión original lucía mucho mejor.
Bondades híbridas a las cuatro ruedas
Antes que alguien lo diga sí, la Maverick con motor EcoBoost y sin asistencia eléctrica siempre tuvo la opción de tracción total. La novedad es que ahora la Maverick híbrida accede a esa alternativa.
En específico, la tracción integral está disponible en las Maverick XL, XLT y Lariat híbridas. Su potencia no cambia, aunque esos 191 caballos ahora viajan a las cuatro ruedas. Curiosamente, la versión Tremor híbrida más aguerrida no recibe esta opción por razones que sólo conoce Ford.
Un paquete de remolque opcional eleva la capacidad de arrastre de la Maverick de 900 a 1.800 kg. Por todo lo demás, las bondades mecánicas de la Maverick se mantienen, desde su transmisión CVT para la híbrida como una opción automática de 8 velocidades para la Turbo. Opciones como anclajes en el área de carga y generador a bordo también permanecen.
Quizá la única novedad es que el motor 2 litros turbo EcoBoost ve su caballaje reducido de 250 a 238. Sospecho que se debe a asuntos de emisiones además, su torque se mantiene en 375 Nm.
Cirugía plástica y más bondades tecnológicas
Más allá de la tracción total, sin duda la gran novedad de la Ford Maverick 2025 es su frente. Ford abandonó las luces binivel cuadradas que evocaban a la Ranger y F-150, para optar por una identidad propia en la Maverick.
Así y con cierto aire a Kia, los faros delanteros ahora son en forma de L invertida. La parrilla también cambia y ya no se ve atravesada por un adorno, la defensa recibe un nuevo diseño con dos rectángulos acentuando las tomas de aire. El toque final es una extensión de la carrocería a ese vacío que dejan las luces.
Es extraño, he de admitirlo. No es un look que esperábamos de Ford y ciertamente tendrá sus amantes al igual que detractores. Acabados oscuros o plateados identifican cada versión y las luces traseras reciben el más ligero de los retoques, por todo lo demás la Maverick conserva su silueta.
Adentro esa pantalla de 8” con un práctico compartimiento desaparece para dar lugar a una interfaz de 12,3”. Ahora accede a Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, al igual que el reciente sistema SYNC4 con navegación. El apartado de seguridad se refuerza con cámara 360°, control crucero adaptativo y mantenimiento de carril.
Eso es todo, la Maverick mantuvo su fórmula, agregó tracción en las cuatro ruedas como opción en todas sus versiones; todo a la vez que opta por un frente muy peculiar y más tecnología en su cabina. Su producción dará inicio hacia finales de este año y, al menos esperamos, que se expanda por Latinoamérica bastante rápido. Aunque extrañaremos ese rostro anterior más característico de una pickup del Óvalo Azul.