Como Toyota no quiso hacerlo, Ford sí aprovechó la oportunidad. La pickup deportiva para calle está de regreso, en forma de la nueva Ford Maverick Lobo. Así es, faltaba una versión inédita para la baby pickup del Óvalo Azul y lo hizo no sólo con una apariencia interesante, también con un nombre histórico.
Lobo es el nombre por el que se conoce a la Ford F-150 en muchos países de habla española, como México, así que le cae como anillo al dedo a la Maverick. Aquí su rostro rediseñado, que si bien es algo extraño, cobra más sentido bajo lo que es en esencia una pickup con intenciones deportivas y suspensión más cercana al piso, con todo y bodykit con tintes más agresivos.
Reviviendo la escena street trucks
En Estados Unidos (y algunos lugares de Asia) la escena de las pickups compactas “callejeras” es bastante fuerte. La idea era tomar modelos como la Ford Courier, por mencionar una, instalar suspensión pegada al suelo, escapes más ruidosos, mejor interior, carrocería de tonos más vivos, entre otros.
Bajo esa materia, Ford cumplió su tarea aplicando un ligero bodykit y suspensión que rebaja la altura unos 2 a 3 centímetros. Los amortiguadores provienen del Mustang Mach-E y Maverick Tremor, pero con un ajuste más firme.
Calzando la Maverick Lobo tenemos rines estilo OZ Rally de color negro. Al frente se nota una parrilla oscurecida más agresiva y en la cabina tenemos butacas en cuero con costuras color azul o lima eléctrico. Buen contraste con la paleta externa que también intenta ser de tonalidades llamativas.
Pinceladas con más desempeño
Hay que decirlo, la Maverick Lobo no tiene mejoras en su motor 2,0 turbo, que se mantiene en 238 hp. Lo que Ford mejoró es todo lo que rodea al motor y, curiosamente, tomó varias cosas prestadas de su división europea y otros modelos para afinar la Maverick Lobo.
Está la transmisión multidisco de la Bronco, con 7 marchas y levas en el volante. Esta envía la potencia exclusivamente a las ruedas traseras, que ahora poseen torque vectorial. En breve, la Maverick Lobo puede derrapar o ser más divertida en circuito con ese modo de manejo que también se llama Lobo.
Los frenos son del Focus ST y la transmisión recibe refrigeración por aceite, para resistir mayor abuso. La idea es que la Maverick se sienta casi como un hot hatch y se antoje dinámica y agradable en el asfalto; además de asistir a track days o eventos de autocross si así lo desea.
Y con todo eso, la Maverick Lobo se presenta como una alternativa interesante y sin rivales, a la cual lo único que le faltó fue un motor más potente.