Fue una semana de grandes anuncios tecnológicos para BMW. Y no, no nos referimos a sistemas de conducción autónoma o autos eléctricos con más autonomía. Así va el asunto: por un lado, Toyota y BMW “renovaron sus votos” y anunciaron el desarrollo de un nuevo vehículo con propulsión a hidrógeno; mientras que por el otro BMW nos recordó que sus autos que cambian de color existen y están muy cerca.
La primera noticia fue confirmada por BMW, mientras que la segunda es una declaración de uno de sus expertos que, confía, los autos que cambian de color están a la vuelta de la esquina. Para no enredarnos vamos por partes, iniciando con este impulso a hidrógeno por parte de BMW y Toyota.
Eficiencia con hidrógeno como enfoque
Lo que BMW anunció fue la extensión de su alianza con Toyota, cuya finalidad es trabajar juntos por el desarrollo de vehículos con celdas de hidrógeno. Dos de las marcas pioneras en este campo, que a su vez también han impulsado más que nadie este asunto del hidrógeno, seguirán trabajando por ese objetivo a futuro.
En esta nueva fase, ambas marcas darán forma a los “propulsores a hidrógeno de tercera generación”. El resultado será el primer BMW motivado por una celda de hidrógeno disponible al público, no como un modelo de demostración o como préstamos temporales. Vehículo que llegará entre el año 2028 y 2029 y tomaría la forma de “un modelo ya conocido de BMW”.
Podría ser la siguiente generación de la X5 o iX5, que en la actualidad posee una versión a hidrógeno para desarrollar esta tecnología. Una cuyo objetivo es ofrecer al menos 500 km de rango y una recarga de sus tanques de hidrógeno en menos de 5 minutos. Claramente, el mayor reto es expandir las estaciones de este elemento, por lo que BMW se enfocaría en lugares donde son más proliferadas, como Corea del Sur, Japón o California (EE.UU.)
Muy seguramente Toyota tendría un modelo que use esta tecnología compartida, posiblemente una tercera generación del Mirai, en los próximos años.
Bimmers de muchos colores
El hidrógeno no fue el único enfoque de BMW, aunque en esta tecnología Toyota no está involucrada. Conversando con el medio australiano Drive, Stella Clarke (ingeniera de BMW) habló sobre la tecnología “E-INK”. Algo que es su invención, por cierto.
Según ella, en tres a cinco años podríamos ver los primeros Bimmers con esta tecnología en su piel. Tiempo necesario para hacer la producción en masa de los compuestos y sensores requeridos y que estos se instalen en vehículos selectos de la marca. El mayor obstáculo no es lo técnico, sino las barreras legales que BMW tendría que afrontar, ya que oficialmente cada vehículo es registrado en alguna nación dada con un solo color. No creemos que los organismos legales vean con tan buenos ojos un BMW “camaleónico”, sin mencionar las implicaciones de un auto que cambia de color cuando esté involucrado en un crimen.
Los BMW con esta tecnología tampoco serán “asequibles” para empezar, admite Clarke. El asunto legal tendría que regularse de alguna forma, como forzar al conductor a detener su vehículo para cambiar de color. Ideal en un día caluroso, ya que una tonalidad clara reduciría la temperatura del interior.
Por algo los ingenieros y creativos viven para crear y dar rienda suelta a su imaginación. Para que después el equipo legal interrumpa y les diga qué es posible y qué es ciencia ficción.