Hora de alistar esa billetera y, como si se tratase del Black Friday, caer en el desenfreno de las compras. La Dirección de Impuestos y Aduanas de Colombia o DIAN acaba de publicar su más reciente lote de subasta. Hasta ahí nada raro, hasta que descubre las joyas escondidas que tienen a la venta y que, para el comprador loco perfecto, podrían ser un diamante en bruto o un proyecto especial de restauración.
Pues bien, es cierto que se pueden adquirir vehículos desde 600.000 pesos colombianos. Esa no es la verdadera joya de esta subasta de la DIAN, lo son los vehículos interesantes, extraños. Algunos incautados en operativos de la ley, otros reclamados por entidades de tránsito o financieras, muchos en un estado aceptable. Esa es la ruleta rusa que tiene todo esto y si le interesa, aquí exploramos algunas de las joyas escondidas en esta subasta.
Las joyas escondidas
No, esta vez no hay Ferrari de mafiosos y traficantes. Lo sentimos, aunque aquellos vehículos igual demandaron cantidades gigantescas de dinero. Omitiremos los modelos más “normales”, como un Hyundai Getz en 8 millones o un Chevy Aveo por el mismo valor.
Vamos con el plato fuerte de una vez, una Ducati Panigale R modelo 2014 por una fracción de su precio real, 35 millones de pesos. Sí, quizá es la más cara, pero es una Ducati; un absoluto cohete de bolsillo con 195 hp, pedigrí de MotoGP en la era Casey Stoner y una velocidad en exceso de los 320 km/h. Como alternativa, una Yamaha R6 con 120 hp no es precisamente lenta y ronda los 8 millones.
Lo siguen un par de Mini Cooper. Uno moderno modelo 2007 especificación S, ese de The Italian Job y el primero con motor 1,6 turboalimentado y un 0-100 km/h en 7 segundos. Sin embargo por nuestro dinero preferimos un Mini del año 1992, que cuesta una fracción (4 vs 15 millones del Cooper S) y no parece estar en un estado terrible. Aunque se asoman algunas modificaciones cuestionables, es un clásico para restaurar.
Finalmente está el más raro de todos, un Toyota Zelas. Mejor conocido como Scion tC, este es un cupé deportivo antecesor al Toyota 86, que se ofreció en algunas regiones de Latinoamérica y llegó por motivos diplomáticos a Colombia. Un motor de 2,5 litros lleva 178 hp a las ruedas delanteras con un excelente chasis, aunque es automático. Aun así, es un Toyota bastante fiable y no aparenta muchos daños, por 23 millones podría ser una opción interesante.
¿Cómo se participa?
Digamos que quiere participar, incluso por una moto en mal estado que cuesta $600.000 pesos. Para ello tiene que ir a esta página, El Martillo, donde tiene lugar la subasta de la Dian. Allí debe registrarse e identificar el lote por el que quiere apostar. Deberá pagar el depósito del carro por el que desee apostar e incluso ver la información para visitar el vehículo en persona.
Al final de la subasta, que ocurrirá el viernes 27 de septiembre en la tarde, el ganador será el mejor postor en cada oferta. Recuerde que por estos vehículos deberá pagar, además del valor señalado, impuestos, SOAT, semaforización, improntas, deudas y todo detalle que necesite el vehículo en cuestión.
Suena como una gran idea, pero quizá poner a estos vehículos de nuevo en el camino sea más complicado de lo que aparenta, además, muchos optan por comprarlos por repuestos y chatarras, así que su compra será bastante reñida.