Es fácil creer que la labor de Pininfarina se reduce a crear diseños para otras marcas. Tal vez desconozca la existencia del electrizante Battista, pero la labor de una casa de diseño va más allá de eso. Su misión es provocar, imaginar los posibles futuros, darle forma a lo que conduciremos mañana, estimular la imaginación con todas esas visiones. Bajo ese entendimiento, la existencia del Pininfarina Enigma GT motivado por el poder del hidrógeno tiene más que sentido.
Futurismo en estado puro
Revelado en el Salón de Ginebra, el cual muy a pesar de su escala nos dio bastante para hablar, el Pininfarina Enigma GT responde con el hidrógeno de su lado una incógnita simple: ¿cómo será el deportivo gran turismo del mañana?
Es como un Acceleracer de Hot Wheels traído a la vida, como un Vision Gran Turismo que sí concebimos en el plano real de la existencia y no en un videojuego. Déjese maravillar por su corte pegado al suelo, la compuerta que abre cual cabina de jet y revela una cabina con espacio para cuatro. Hasta su forma afilada, casi como una flecha, hacen que el Enigma GT se vea en movimiento, incluso en reposo.
Pininfarina nos dice que tiene intenciones de refinar el concepto, por ahora digital, para su aniversario número 95 el próximo año. No se extrañe si termina como un prototipo real, uno que incluso llame la atención de una marca y evolucione en algún modelo de producción.
Apostando por la combustión limpia
La magia del Pininfarina Enigma GT recae no solo en su diseño, sino su motor a hidrógeno. Pero nada de celdas de energía alimentadas por este elemento: este sueño italiano usa un V6 a combustión adaptado para usar hidrógeno en vez de combustible fósil, capaz de llevar 436 caballos de potencia a las ruedas traseras.
Sí hay un componente eléctrico, en forma de un motor síncrono en el eje delantero que añade 268 equinos a la mezcla. ¿La verdad? Hidrógeno y electricidad son la forma de movilidad a futuro para tenerlos a todos contentos.
Las figuras hipotéticas del Enigma GT le permiten completar el 0 a 100 km/h en 4 segundos, tener una velocidad tope limitada a 250 km/h y una autonomía combinada que roza los 550 km.
Esculpido cual nave espacial
Con un coeficiente de arrastre de 0.24, el Enigma GT es eficiente y aerodinámico. Todo gracias a la cabina baja y silueta curva monovolumen, elementos que agregan un bajo centro de gravedad para mayor agilidad al volante. Forma que Pininfarina ha explorado muchas veces en su historia, con conceptos tales como el Teorema, Ferrari Módulo y Maserati Birdcage.
Ni los pasos de rueda perturban esa silueta homogénea que culmina en una forma triangular en la parte trasera, la cual carece de ventana. En su lugar hay cámaras y una barra LED, acentuando su inspiración en una flecha. La cabina es un lugar de ciencia ficción, con un volante ovalado, una pantalla horizontal que domina el tablero con otra vertical flotando en la consola central y cuatro butacas, en una disposición 2+2.
Por ahora el Enigma GT permanece en la virtualidad, como una visión que Pininfarina tiene del futuro, uno con hidrógeno por encima de la electricidad. Quizá aquí está el futuro del Battista, de algún Ferrari, Lamborghini o incluso Porsche, ¿quién sabe? El cielo es el límite con este ejercicio creativo.