La espera terminó: aquí está el nuevo Kia K4, modelo que una semana antes de su primera aparición pública en el Salón de Nueva York, destapa su diseño radical. Sí, típico del buen Kia que en tiempos modernos se esfuerza por imprimir líneas radicales, atrevidas y futuristas a todos sus modelos, claramente dejando una impresión notable en el tráfico cotidiano.
Como es típico de Kia, conocemos por ahora sólo el diseño y detalles externos del nuevo K4. Tendremos que esperar otra semana para conocer lo que está bajo la piel de este sedán, si es que se le puede llamar como tal, dado el nivel de detalles que exhibe su apariencia. Es más, es un excelente ejemplo de esa filosofía de “opuestos unidos” que los diseñadores de la marca profesan y siguen al pie de la letra.
Fuertes contrastes en diseño
Algo es cierto, el diseño del Kia K4 es como ninguno en su segmento, eclipsando incluso al anterior Cerato y los presentes K3 y K5. Todos ellos diseños interesantes y llamativos pero nada como este sedán con tintes deportivos.
Al frente emerge esa fascia que se originó en el Kia EV9, con luces LED en formas algo abstractas que se balancean entre lo vertical y horizontal. Estas flanquean las esquinas del frente, casi formando una letra T o un trueno que conduce a un pliegue sobre el paso de rueda, casi dirigiendo el aire hacia los espejos retrovisores.
Su nariz es afilada y con un corte bajo, culminando en la clásica parrilla tiger nose y una toma de aire baja con un ligero splitter. Siguiendo en los costados, un diseño limpio se ve flanqueado por un paso de rueda trasero musculoso, con un pliegue que conduce a los faros traseros en forma de L y sutiles adornos en la defensa inferior.
El detalle más impactante es la forma de su cabina, con un techo curvilíneo y aerodinámico, junto a una caída de techo dramática. Estilo fastback que ya vimos en el K3, pero con un ángulo más dramático que casi evoca a un Jensen Interceptor. La gran ventana culmina casi en el final del baúl, mientras que en el pilar C se esconde la manija de las puertas traseras. Detalle que sugiere que el K4 luciría bien como un cupé.
Un interior sobrio y sofisticado
Pasando al interior, Kia tiene clara una fórmula que nos presentó hace un par de años con el EV6, pero con cada modelo van refinándola. En el caso del K4, encontramos un interior ataviado en un interesante color verde oscuro, que flanquea las dos pantallas flotantes sobre el tablero. Hileras de botones y rejillas de ventilación se integran a este corte elegante que adopta la cabina.
El volante es otro elemento que destaca, con más botones físicos y un logo de Kia que no está centrado. Su forma me recuerda al volante que usaban los Ford en los años noventa, con un gran airbag y un aspecto cuadrado en el centro. Se agradece el uso de atajos con botones de verdad y una palanca de cambios real, que revela su transmisión automática.
Si bien no concemos que mueve al K4, es fácil ver una evolución del anterior Cerato/Forte. Motores aspirados de 2 litros o turboalimentados de 1,6L, asistencia híbrida completa para algunas variantes y no descarte una variante hatchback con aspiraciones más deportivas.
Conoceremos todos los detalles del K4 cuando sea su lanzamiento “pleno”, el 27 de marzo en el Salón de Nueva York.