RUF, la tradicional marca alemana de modificación de Porsche, se aplicó la filosofía americana para hacer el Rodeo. Esta es la respuesta del fabricante al Porsche 911 Dakar y aunque no lo crea posible, lo hicieron aún más deseable, tal y como lo fue el 959 en su época. Construido sobre la base del SCR, el Rodeo es un juguete para caminos de grava y para modelar en Monterrey, donde pertenece y de donde seguramente no va a salir muy a menudo. Eso sí, lo sentimos por Kalmar, pero en este negocio de las construcciones por capricho, nadie puede vencer a RUF.
Un juguete para valientes
Presentado por primera vez hace 4 años como un concepto, el RUF Rodeo tiene una preparación intensiva para las faenas todoterreno. Aunque no era necesario, tomaron el clásico motor bóxer de 3,6 litros de Porsche y lo mejoraron con levas especiales, culata de aluminio e inducción por resonancia de 2 etapas. El resultado es que el motor entrega 610 HP y 691 Nm de torque, tal vez demasiado para poner en la grava. Para poner toda esa potencia en el suelo, cuenta con un sistema de tracción integral, 2 diferenciales de desplazamiento limitado por eje y una transmisión manual de 6 marchas.
Al ser un todoterreno, el RUF Rodeo necesita una suspensión especial. Por eso cuenta con coilovers activados por varillas de empuje y los amortiguadores activos suben la carrocería unos 20 centímetros. Pensando en una vida difícil, pusieron el motor y la caja en un monocasco de fibra de carbono para protegerlos. Adicionalmente, la jaula antivuelco está insertada dentro del chasis. Las llantas son de 18 pulgadas y calzan unos neumáticos personalizados Goodyear para todo terreno.
No es solo potencia bruta
RUF lleva haciendo autos desde 1939 en pocas cantidades, pero tienen la suficiente experiencia para ponerle al Rodeo algunos detalles modernos. Por ejemplo, frenos ABS, control de tracción, aire acondicionado y una pequeña pantalla para controlar el sistema de tracción y suspensión. Por lo demás, el estilo retro es preponderante gracias a los medidores analógicos típicos de Porsche.
La inspiración americana viene en el interior, en el que se encuentra una decoración particular, con asientos de fibra de carbono recubiertos en cuero café y tapizados en tela de estilo nativo-americano. Esta tela también se encuentra en las puertas, el tablero y hasta el techo. La palanca de cambios y el volante están forrados en alcántara. El toque final lo ponen las barras de techo en aluminio que son funcionales. Este tipo de juguetes con una construcción tan detallada poco se verán en las calles y menos en todoterreno, pero cuando salga será todo un espectáculo de ver.
