Corre el año 2050 y el mundo abandonó los modelos a combustión por autos eléctricos o a hidrógeno con levitación electromagnética. Científicos se reúnen para hacer posible los viajes interestelares y la teletransportación. Y de alguna forma, Nissan continúa produciendo el GT-R, cuatro décadas y media después de su lanzamiento, demostrando que Godzilla es inmortal. Ese es el futuro que quizá suceda, porque Nissan parece no tener ningún interés en dejar de producir al GT-R R35, y aquí tiene el nuevo modelo 2024 como prueba.
A este ritmo el GT-R no va a necesitar conductor, porque con casi 16 años legalmente podría sacar su propia licencia de conducción, al menos en ciertos países. Casi calcada a la presentación hace un año y medio (que también tuve el gusto de contarle), el director de operaciones de Nissan, Ashwani Gupta, fue el encargado de revelar al Nissan GT-R 2024. Y sorpresa, es casi el mismo T-Spec que vimos en esa ocasión, junto a una versión ligeramente retocada del NISMO que también apareció hace año y medio.
¡Pero el sombrero alerón es nuevo!
Decir que el GT-R 2024 es nuevo es técnicamente cierto, pero más allá de su lavado de cara encontrará la misma fórmula que debutó por allá en 2007 y que año tras año Nissan ha venido refinando. Notará que su rostro es la prueba más definitiva de su “nueva apariencia”, eliminando la parrilla V-Motion de Nissan y con un aspecto más esculpido y aerodinámico. Las luces diurnas con un patrón en panal de abeja son el cambio que primero salta a la vista, de hecho.
En los costados no va a encontrar demasiadas diferencias, y solo hasta que mire la parte trasera del GT-R notará la diferencia, eso si mira con detenimiento. La forma de la defensa inferior cambió ligeramente, algo especialmente notable en el GT-R Nismo que parece lucir un bodykit revisado en comparación a la versión anterior. Nissan nos dice que el capó en fibra de carbono de este también es nuevo, al igual que el alerón que se ve más grande que nunca.
Si todo esto es demasiado está el GT-R T-Spec, que regresa con la misma tonalidad verdosa que Nissan llama Millennium Jade. Los cambios también llegan al resto de la gama GT-R, que está compuesta del Pure, Black Edition, Track Edition y Premium. Solo que Nissan prefirió mostrar únicamente al T-Spec y NISMO. ¿Ya le mencioné que estos modelos serán solo para Japón?
La definición perfecta de «si no está roto, ¿para qué arreglarlo?»
Hace un tiempo echaron “a la calle” al GT-R en Europa, simplemente porque sus emisiones y ruido ya no cumplen con lo estrictos que son en el viejo continente. En Norteamérica aún se ofrece, aunque en cantidades limitadas y parece que su natal Japón es la única que aún acepta al GT-R. Quizá por eso Nissan no se molestó en alterar el V6 VQ38DETT ni su caja robotizada de 6 marchas. Para todos los GT-R su potencia se mantiene en 562 caballos, mientras que el modelo NISMO asciende a los 591 (o 600 PS). En el aspecto mecánico Nissan se concentró en refinar el ajuste de la suspensión, hacer un poco más aerodinámico el perfil y parte inferior del chasis y en el caso del GT-R Nismo 2024, nuevas sillas Recaro más ligeras y un diferencial en el eje frontal revisado.
Eso es todo realmente, no hay mucho que decir más allá de confirmar que Godzilla es inmortal. Nissan podría reemplazarlo, pero aquella plataforma necesitaría aceptar potencia eléctrica e híbrida, a modo de preparación para el futuro. Y quizá Nissan ya trabaja en secreto en algún proyecto así, solo que no quieren revelarlo al mundo. Tal vez Nissan prefiere ahorrarse el desarrollo y estirar la vida del GT-R un par de años más, y dejarlo desaparecer por un tiempo hasta que un reemplazo con potencia híbrida, eléctrica o con hidrógeno cause el mismo revuelo que el R35 consiguió hace 15 años. Por ahora disfrutemos este diseño atemporal y eterno que parece no pasar de moda de alguna manera, al menos por un par de años más. Nos vemos el próximo año con una presentación muy parecida del GT-R 2025.